Mundo de falsas majestades;
tus pompas y boato,
!poéticas vanidades!,
son cosas de beato
mezclando falsedades
formando puro teatro
de mundos ya fantasmales.
Sin embargo tú sabías
que en esto de las edades
las jóvenes poesías
superan falsas verdades.
El genio no se compra
ni se venden como retales
las estrofas de la copra,
la canela y los corales.
Te daré niña hermosa
en vez de cafetales
un gran ramo de rosas,
cogido entre vegetales,
uniendo todas las cosas
que, tras los ventanales,
observan las fragosas
albas de los pajonales.
Una estrella amorosa,
un puñado de cristales
del rocío hecho porosa
esponja de minerales
que, en noche misteriosa,
te brindarán sus singulares
palabras. Y la candorosa
verdad de los capitanes.
En voz baja y ardorosa
oirás mis cantos reales
en la bahía de mi prosa
lírica de verbos tales
que en el cielo la suntuosa
potestad de las potestades
sirve de lecho a mi esposa
más allá de tus cantares.
Voz ronca tiene la angustiosa
garganta de los tribunales
pero es mucho más venturosa
mi voz, mi alma, mis germinales
canciones de rima rumbosa
que en todas las capitales
expande la misteriosa
canción de cristianas morales.