Te contemplo leve y a escondidas
corazón encendido por las luces
y no te das cuenta de que observo
el presuroso silencio de tu pálpito.
Unido a mi secreto más interno
queda tu jardín henchido de poesía
y en la hiriente madrugada del invierno
un espacio azul se me convierte en vida.
Invito a los ensueños a que en mi puerto
embarquen el amor de todas tus esencias
y escondo entre suspiros de cristal
el lirio de tu canto desprendido.