Añoranza vorémica

Estiro los dedos de los pies y siento la suavidad de la hierba. Me invaden las sensaciones. Ya es primavera otra vez, el aroma almizcleño llena mis fosas nasales y el sol calienta mi piel. Te recuerdo con la piel dorada y el pelo mojado.
Tus ojos intensos miraban hacia el mar. Aquella tarde te perdí. Eras mi amigo y la prudencia me abandonó cuando cometi la estupidez de decirte que te amaba.

2 comentarios sobre “Añoranza vorémica”

  1. No te sientas mal por haberte sincerado con tus sentimientos. Es cierto que a veces se paga un impulso con una ausencia… pero queda en el alma la sensación de haber cumplido con la necesidad de ser fieles a si mismos. Mañana el sol volverá a calentar la piel y tus ojos mirarán de nuevo al mar… y es muy probable que el amigo vuelva a estar de nuevo a tu lado. Un beso.

  2. Hola Anara, me gustó tu texto, descriptivo y simple, quería decirte que bueno, no es una estupidez decirle a alguien que lo amas, todo lo contrario, es una victoria sea cual fuere la respuesta pues con eso venciste ciertas barreras y alivianaste un peso a tu corazón, yo considero que fue peor la respuesta de tu amigo, pero es mi opinión, perdona si fui imprudente, saludos a la distancia¡.

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