Apocalipsis SOS.

– ¡¡¡Planeta Tierra llamando a Sistema Universo!!! ¡¡¡Planeta Tierra llamando a Sistema Universo!!! ¡¡¡Planeta Tierra llamando a Sistema Universo!!! ¿Hay alguien que nos pueda salvar?
– -¡Es inútil, coronel Gordinsky, es inútil! ¡¡Allá afuera no existe nada!!
– ¡Mantenga la calma, comandante Bakunov! ¿Qué noticias tenemos del Kremlin?
– El último dato que he recibido es que la temperatura ha superado ya los 50 grados sobre cero y que se han registrado, al menos, un millón de muertos.
– ¿Qué prevén para las próximas horas?

– Que la temperatura seguirá ascendiendo y que los muertos llegarán a muchísimo más que un millón.
– ¡Voy a insistir de nuevo, comandante Bakunov!
– ¡No lo haga más, coronel Gordinsky! ¡Es inútil perder energías cuando los dos sabemos que allá afuera no hay nada ni nadie!
– ¡Escuche bien, comandante Bakunov! ¡No se queje tanto porque usted y yo somos dos privilegiados!
– Ventajas de ser parte del Politburó, coronel Gordinsky.
– Entonces haga el favor de estar agradecido a Dios y saque dos coca colas bien frescas. Estar aquí metidos, a una temperatura ambiental de 20 grados sobre cero, forma parte de nuestros privilegios.
– ¿Coca colas ha dicho usted, coronel Gordinsky?
– ¡Sí! ¡He dicho coca colas!
– ¿Pero no es eso un producto del capitalismo decadente?
– ¡Déjese ahora de chorradas castristas e infantiles y saque dos coca colas bien frescas! Es necesario darle gracias a los Estados Unidos de vez en cuando.
– ¿Y lo de Dios? ¿Por qué da usted gracias a Dios?
– ¡Sólo cumpla mis órdenes y obedezca! ¡¡Voy a insistir de nuevo!!

El comandante Bakunov se limitó a encogerse de hombros y dirigirse a la nevera a por dos refrescantes latas de coca cola.

– ¡¡¡Planeta Tierra llamando a Sistema Universo!!! ¡¡¡Planeta Tierra llamando a Sistema Universo!!! ¡¡¡Planeta Tierra llamando a Sistema Universo!!! ¿Hay alguien que nos pueda salvar?
– ¡Pierde usted el tiempo lamentablemente, coronel Gordinsky! ¡¡Lástima no tener ahora aquí, junto a nosotros, a dos calientes bolcheviques!!
– ¿Se refiere usted a dos calientes camaradas?
– Eso es, coronel Gordinsky. ¡Dos calientes bolcheviques de las de Gainsbourg!
– ¿Dos rameras del Volga, comandante Bakunov?
– Remeras del Volga, coronel Gordinski, se nos obliga a decir remeras del Volga. No lo olvide..
– ¿Está usted amenazándome quizás, comandante Bakunov?
– No es eso, mi coronel. Es que debemos usar eufemismos por si alguien nos está escuchando.
– ¿Y usted me habla a mí del capitalismo decadente de los Estados Unidos? ¿Qué me dice usted del consumismo decadente de los rusos que tenemos la fortuna y el privilegio de formar parte del Politburó?

El comandante Bakunov guardó silencio, abrió las dos refrescantes latas de coca cola y se sentó de nuevo al lado del coronel Gordinsky, entregando una a éste.

– ¡Es necesario insistir de nuevo, comandante!
– ¡Haga usted lo que quiera, coronel, pero yo no creo para nada en Dios!
– ¡Lo que estoy intentando hacer no es encontrarme con Dios sino que exista alguien allá afuera y nos pueda escuchar, aunque sea Dios!
– ¡Eso se llama tener fe, coronel Gordinski!
– Fe con efe mayúscula, comandante Bakunov. No lo olvide jamás.
– Para el poco tiempo que nos queda de vida intente usted lo que quiera.

El coronel Gordinsky insistió otra vez…

– ¡¡¡Planeta Tierra llamando a Sistema Universo!!! ¡¡¡Planeta Tierra llamando a Sistema Universo!!! ¡¡¡Planeta Tierra llamando a Sistema Universo!!! ¿Hay alguien que nos pueda salvar?
– ¿Se ha convencido ya de que es inútil creer que vamos a salvarnos? ¡¡El fin del Comunismo es el fin de la Humanidad!! Por lo menos eso nos dicen desde que somos niños…
– ¡No es hora de decir tonterías infantiles, comandante Bakunov! ¡¡La Era de la Internacional no se la cree ni quien la inventó!! ¿Le apetece un cigarrillo?
-. De acuerdo, mi coronel. Le acepto el cigarrillo. Pero le recuerdo que el autor de La Internacional fue Eugène Pottier, todo un revolucionario del movimiento obrero totalmente convencido de que el poder debe ser de las masas famélicas y desnutridas.
– ¡Menuda estupidez! ¿Cómo puede ser posible que una famélica legión se adueñe del mundo si es una legión de famélicos?
– Piensa usted con mucha lógica, coronel Gordinsky. Ahora que me detengo a pensar en La Internacional me parece una majadería.
– Exacto, comandante Bakunov. Es una majadería y no pequeña precisamente. Por eso mismo Pottier murió en medio de la miseria. ¡Vamos! ¡Tome el cigarrillo y deje que siga teniendo Fe!
El coronel Gordinsky sacó dos marlboros de su cajetilla.
– ¡Ostias, mi coronel! ¡Fuma usted marlboros!
– ¡Eso es! ¡El fuerte sabor americano!
– ¿Y eso no es traicionar nuestros principios?
– ¿De qué principios está hablando, comandante?
– ¡De los que hablaba “El Che”, mi coronel!
– ¿”El Che” hablaba de principios o hablaba de finales?
– ¡Me está usted haciendo pensar!
– ¡Eso es lo que intentaron siempre evitar!
– ¿Qué tuviéramos pensamientos propios?
– ¡Exacto! ¡Se llama alienación mental por culpa de la ideología! Y ahora deje que lo intente de nuevo.
Ahora el comandante Bakunov estaba demasiado entregado a la labor de gozar de su coca cola y de saborear su marlboro como para seguir discutiendo con el coronel Gordinsky.
– ¡¡¡Planeta Tierra llamando a Sistema Universo!!! ¡¡¡Planeta Tierra llamando a Sistema Universo!!! ¡¡¡Planeta Tierra llamando a Sistema Universo!!! ¿Hay alguien que nos pueda salvar?

El comandante Bakunov se limitó a canturrear con ironía…

– ¡Ni en rey ni en dioses ni en tribunos está el supremo salvador!
– En ese caso, comandante, sí que estamos perdidos de verdad. ¿Alguna nueva noticia del Kremlin?
– ¡¡La peor que usted puede conocer, coronel!! ¡¡Toda la Tierra está ardiendo por los cuatro costados y las temperaturas suben ya de los 60 y de los 70 grados centígrados!!
– ¡¡¡Es necesario confiar!!!
– No es por llevarle la contraria, coronel Gordinsky, pero es de seres necios confiar en lo imposible.
– ¡¡¡Planeta Tierra llamando a Sistema Universo!!! ¡¡¡Planeta Tierra llamando a Sistema Universo!!! ¡¡¡Planeta Tierra llamando a Sistema Universo!!! ¿Hay alguien que nos pueda salvar?
– Lo que está usted haciendo es una lamentable pérdida de tiempo.
– ¿Qué sabe usted sobre el poder de la mente, conmandante?
– No me han educado para eso. El poder de la mente es el poder del Partido.
– ¡Pues eso es la alienación, comandante Bakunov!
– ¡Están buenas las coca colas y excelentes lo marlboros, coronel Gordinsky!
– ¡América! ¡América! ¡Quién pudiera estar viviendo en América!
– ¡¡Creo que usted ha enloquecido, mi coronel!!
– Déjeme en paz y siga con su pesimismo. Le advierto que no va a llegar a ninguna parte si sigue pensando de esa manera.
– ¿Y usted? ¿Qué sucede con usted?

El coronel Gordinsky siguió insistiendo….

– ¡¡¡Planeta Tierra llamando a Sistema Universo!!! ¡¡¡Planeta Tierra llamando a Sistema Universo!!! ¡¡¡Planeta Tierra llamando a Sistema Universo!!! ¿Hay alguien que nos pueda salvar?
¡¡Coronel Gordinsky!! ¡¡Usted ha enloquecido y no tengo más remedio que relevarle al frente de esta Misión Apoclapsis SOS!! Si nos queda alguna esperanza usted la está acabando al perder el tiempo con eso de la búsqueda de Dios.
– ¡¡¡Planeta Tierra llamando a Sistema Universo!!! ¡¡¡Planeta Tierra llamando a Sistema Universo!!! ¡¡¡Planeta Tierra llamando a Sistema Universo!!! ¿Hay alguien que nos pueda salvar?
– ¡No me gusta llegar hasta este extremo pero usted se lo ha buscado, mi coronel!
– ¡¡Guarde esa pistola, necio!! ¡Si alguna solución puede tener este Mundo es que Dios tenga misericordia de todos nosotros! ¡¡Usted no tiene Fe y sin Fe no puede salvarse nadie!!
– ¡Está bien! ¡Le doy la última oportunidad, coronel Gordinsky, pero si no hay respuesta alguna no tendré más remedio que ocupar su sitio o matarle si usted se niega!
– ¡¡¡Planeta Tierra llamando a Sistema Universo!!! ¡¡¡Planeta Tierra llamando a Sistema Universo!!! ¡¡¡Planeta Tierra llamando a Sistema Universo!!! ¿Hay alguien que nos pueda salvar?
– ¿Se da cuenta ya de que todo es inútil porque allá afuera no hay nada ni nadie? ¡Sólo un Diluvio Unviersal podría salvar a la Humanidad entera y yo no creo en el Diluvio Universal porque sólo es un cuento para inocentes!
– ¡Espere un momento, comandante Bakunov! ¿Qué es eso que aparece en la pantalla?
– ¡Un punto de color azul que viene contra la Tierra a velocidades megatómicas!
– ¿Y ahora qué opina, comandante?
– ¡¡¡Que va a hacer explotar nuestro planeta en millones de pedazos!!! ¡¡¡Quizás sea eso mejor que morir quemados todos!!!
– ¡Esperemos, comandante! ¡Esperemos a ver qué sucede!
– ¡¡¡Ese punto azul va a destrozar toda la Tierra!!! ¡¡¡Debemos impedirlo, coronel Gordinsky!!!
– Inténtelo usted mismo si es que puede…
– ¡¡¡Imposible!!!! ¡¡¡Acabo de impulsar toda la energía contra materia de la que disponemos y no ha resultado efectivo sino que ese punto azul ha acelerado su velocidad hacia la Tierra!!! ¡¡¡Impactará en breves minutos!!!
– ¡¡¡Pues yo espero que sea Dios que nos ha escuchado y ha sentido misericordia de la Humanidad!!!
– ¡¡¡Dios no existe, coronel Gordisnky y ese punto azul acaba de entrar en la atmósfera terrestre!!!

En esos momentos se desató un verdadero diluvio…

– ¡¡¡Está lloviendo, mi coronel., está lloviendo!!!
– ¿Qué dicen desde el Kremlin?
– ¡¡¡Que está lloviendo en todo el planeta!!! ¡¡¡Es un Diluvio Universal, coronel Gordinski!!!
– ¡¡¡Tenía Fe en que Dios escuchara mis ruegos!!! ¡¡¡Se ha salvado al Tierra!!! ¡¡¡Gracias, Dios mío!!!
– Dios no existe o si existió ya está muerto, mi coronel…
– Es usted demasiado joven y por eso demasiado necio, comandante Bakunov. Cuando pasen varias décadas usted mismo se dará cuenta de que Dios no solamente existe sino que está vivo y ha salvado a la Tierra gracias a mi SOS. El Apocalipsis ha sido superado gracias a su Misericordia.
– Eso es imposible de creer.
– Ya se dará usted cuenta, por sí mismo, de que Karl Marx ha muerto. Gracias a Dios doy por ello. No sólo ha salvado a la Tierra sino que nos ofrece la Liberación.
– Puede ser, mi coronel, puede ser…
– ¡Esa es la gran diferencia entre usted y yo! ¡Usted sólo camina de duda en duda y yo sólo camino de certeza en certeza! ¿Hay nuevas noticias?
– Gracias al Diluvio Universal todos los fuegos de la Tierra han sido apagados y se ha vuelto a normalizar la temperatura.
– ¿Y cómo puede usted explicar eso, comandante Bakunov, utilizando solamente los razonamientos lógicos marxista?
– ¡No hay posibilidad alguna de explicarlo racionalmente, coronel Gordinsky!
– Parece que usted ha empezado a comprender, comandante.

3 comentarios sobre “Apocalipsis SOS.”

  1. Te lo voy a decir, abuelita. Ahora ando en el Planeta Alma. Algunos creen que me refiero a la Estrella Alfa y es que confunden el inicio de nuestras existencias con el planeta de nuestras emociones. Alma, abuelita, Planeta Alma.

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