No todas las historias serán como aquellos cuentos de niños donde una princesa con grandes trenzas esté encerrada en su castillo o que un príncipe espere en la puerta a colocarle un zapato perdido o que una bruja quiera envenenarla para que se duerma hasta que llegue un príncipe azul y con un solo beso rompa el hechizo. Y esas hadas que aparecen con su sonrisa y su inseparable varita acompañando a lo largo del cuento a los protagonistas más entrañables, como lo eran Peter-Pan y Campanilla….y eso genio de la lámpara que frotando salía y por haberle liberado tres deseos concedía, y Aladino que fue quien la encontró se marchó con su alfombra voladora quizás al País de Nunca Jamás o al País de las Maravillas, que sé yo el camino que cogería, si el largo como dijo el lobo a Caperucita cuando se iba a ver a su abuelita engañándola porque quería comérsela,
¡ay! pobre Caperucita, pero que lobo más malo que también quiso comerse a Los Tres Cerditos…¿tanta hambre tenía?, pues que hubiera seguido las migas de Pulgarcito y ya vería hacía donde lo guiaban, a una casa que no era de ladrillos, sino de gominolas, tartas y caramelos, esa era la Casita de Chocolate que seguro se pondría las botas, aunque ya las llevaba cierto gato, si, si , el Gato con Botas, tan presumido como La Ratita Presumida que en su misma puerta se encontró una moneda y con ella se compró un lacito de seda y todo aquel que por su puerta pasaba la decían : que guapa estas hoy Ratita, ¿ te quieres casar conmigo?…pero no podían decir lo mismo de aquel patito cuando salió de su huevo, al pobre no le querían solo porque era El Patito Feo, pero lo que nadie sabia es que cuando creció se convirtió en un cisne blanco y hermoso y así podría seguir hasta Las Mil y Una Noche, con tanta historia interminable que por cierto no se como acabarla, pues el comienzo de la misma no empezó en “Era se una vez”, y la conclusión de la misma ha de ser: ¿Y fueron felices y comieron perdices?, mejor yo la termino: Y con esto y un bizcocho hasta mañana o al otro…no todas las historias suelen acabar como los cuentos de aquellos niños…