El actor George Clooney se dio a conocer (y es ya demasiado conocido) en la serie televisiva “Urgencias” (de gran audiencia en el mundo hispano) que narra la vida y las aventuras y desventuras del equipo médico de urgencias de un hospital, con todas sus circunstancias, avatares y vicisitudes que les colocan en situaciones muy comprometidas. Más de una vez (por lo menos un par de ellas por capítulo) en la serie, cuando llega un enfermo casi terminal (o sea a punto de morir) o un accidentado con muy pocas posibilidades de sobrevivir (algunas veces casi nulas), los médicos luchan “a brazo partido” hasta la extenuación física y psicológica para ganar la vida del paciente. A veces lo consiguen y a veces no lo consiguen. Cuando lo consiguen siempre dicen la misma frase: “Lo hemos salvado”.
Cuando hablamos de la relación de Dios con cada persona (porque la relación de Dios con las personas siempre es de manera particular) y escribimos sobre la “salvación”, muchos ignorantes dicen: ¿Qué es eso de la salvación?. ¿Qué significa ser salvado?. Vamos a contestar a los ignorantes.
De la misma manera que ocurre en un hospital, cuando hablamos de la salvación eterna, estamos hablando de la salvación de la muerte. Esta vez no es la muerte temporal (o sea la que ocurre dentro del tiempo y que es el enemigo número uno de la humanidad) sino de lo que hay más allá de la muerte. Reconocer todo lo que Dios hace por nosotros y darnos cuenta de que estamos en sus manos es ser sabio en la vida. Ninguna enfermedad (!ni siquiera la muerte temporal misma!) puede separarnos de Él cuando creemos en Él. ¿Y quién es Él?. Ni más ni menos que Jesucristo Vivo. Si creemos en Jesucristo Vivo estamos salvados para siempre.
“Porque dios nos ama. Si yo caigo Dios me ama. Si estoy enfermo, Él sigue amándome. Si tengo trabajo atrasado, si no sé qué hacer mañana, si caigo en la ansiedad, si hay cosas que no entiendo, si tomo una decisión equivocada, si alguien se burla de mí, si he perdido toda esperanza, si aquellos en los que confiaba me defraudaron, si creo que ya no hay salvación posible, debo recordar que Jesucristo me ama”.
Si has tomado la decisión (sabia decisión por cierto) de poner toda su vida en manos de Jesucristo, !estás salvado!. Para cada situación en la que creemos que no podemos seguir adelante allí está Jesucristo para ayudarnos sin pedir nada a cambio. En cada instante en el que le necesitamos allí está Jesucristo para ayudarnos sin pedir nada a cambio… e incluso cuando le creemos lejos de nosotros allí está Jesucristo para ayudarnos sin pedir nada a cambio.
Así que, para terminar por hoy, podemos orar simplemente diciendo: “Dáme una muestra de amor”. Y Jesucristo siempre responde si lo hemos dicho de corazón. Y entonces, con esa simple oración salida del alma, !estamos salvados!.
Así de fácil es…