Todas las entradas de: KimBertranCanut

Joe Volado

Emisoras de radio, estamos trasmitiendo…cadenas de televisión sincronizamos el miedo en riguroso directo. El caos desvaría…hoy no hay colegio, la situación es desesperada…las adolescencias observan apoyadas en el muro.
Veinte litros de agua bendita por metro cuadrado, tomad y bebed…
A veces huir es el lugar de donde vienes. Joe Volado alunizó en un pretérito indefinido, llegó sin tripulación, sin nave…sin credenciales…desconociendo la ruta, la velocidad y el tiempo transcurridos. Transita solo la física…la duda atraviesa sus pensamientos, ¿no hay tierra en este planeta?. Un hombre acaba de germinar en la llanura del desconcierto, no sabe donde buscar raíces y la adicción al alcohol le está ahogando en el quebrado cenagal del ausentismo. Eclipsado de los archivos, desapercibido por las arterias de ida y retorno ¿qué infiernos llora?. Sigue Leyendo...

La pandereta tierno-erótica

Vestida de cuero negro, desabrocho la
Plateada cremallera y apareces desnuda.
Estás erguida, sentada sobre mi pierna,
Esperando el abrazo que nos una.
Con estas manos acaricio tu cuello altivo,
Abro y cierro los ojos con un tic de excita-
ción, invadido por la introducción del
primer acto…acto sublime.

Reflexión

“En la penuria de la soledad se fija la lejanía difusa del horizonte, esa tenue penumbra que dibuja una ilusión imaginaria donde se conjuran las tinieblas, se perciben los vacíos del tiempo, se adivinan las tormentas y las lluvias caen sobre el desierto de las almas errantes que vagan por las sombras del plenilunio tras el sueño de un ocaso hundido en su reflexión”.

Laureados horizontes de mismidad

La ley del silencio en la ladera más apartada de la cantera.
Una piedra chiquita, así…diminuta, casi integrada en la tierra
Dialogaba con una roca agreste…esculpida en la sabiduría de los elementos.
-¿Porqué murió el humano, madre?, creía que era el preferido de la creación.
-Cierto, chinita, pensaba que era el rey, con derecho a manipular
Contranatura todo a su paso.
-¿Se equivocaba? ¿No lo era?
-Desde Lugo que erraba, no puede ser el principal protagonista aquel que destruye y arrasa con todo lo realmente
Necesario para la existencia del planeta. Sigue Leyendo...

Miserere

Qué mundo aquél. Todo parecía mísero, la gente iba asustada, paseando el perro de la pobreza, sacándolo para que hiciera sus necesidades. O quizá era él, que experimentaba una visión deleznable en sus rostros ocráceos, perseguidos por la desfiguración teatral de la máscara terrorífica en la que se hallaban, camuflando el ridículo interno por una farsa exteriorizada.
-El mundo en su autenticidad, distinguido público.
Perdido ya en esa trágica sensación de reconocer la vulnerabilidad del espíritu, en una sociedad hostil, cada vez más integrada en el estigma frívolo e insólido del esteticismo. Pensó en los pensadores, en la absoluta austeridad de los monjes cartujanos. Entregados espiritualmente, atrapados en claustros amurallados y claustrofóbicos, en el anacoreta, el misántropo, el ermitaño. Sigue Leyendo...

Reflexión

“Soy mañana y oscuro es mi sol, sólo
el tiempo conoce la corta eternidad.
El camino va más allá de aquí y si tu
piel no acaricia mi yo, volveré vulnerable
a mi guarida y sin herida, grabaré
una vida concebida en el desierto de
levedad. Prenderé fuego al desván de las
cenizas de los ayeres y probaré que no existí”.

Brunas sobre foscas

Esa noche andaba por los caminitos de aquella pequeña aldea, anclada en un sobresaliente pasado milenario, invariablemente imaginario. Le escoltaban olores portuarios…rastros de la venta de pescado en el mercado de la mañana…lúgubres luces alumbraban las piedras de las casas con grandes portales de madera…carros tirados por jamelgos transitaban el silencio adoquinado y el señor, paseaba a sus perros después de dos jornadas sin cacería…sin zorro.

Peldaños

Paredes de papel, ¿qué silencio no escuché?, el paso de las calles, llamadas roncas en el interfono, correo comercial, tránsito de fondo, buzones repletos de propaganda, certificados, recibos y algunas postales lejanas, cartas cerradas al enigma, sorpresa e impaciencia, buenas o malas noticias, accionar un interruptor, sentir la luz de la imaginación a escondidas, o el frío del congelador, bodegón en el frigorífico. Mezclas de aromas de cenas desnudas se contonean en el patio de luces. Suena una cisterna, ronquidos y un siseo. El taconeo en la escalera, una breve sensación en el rellano de indecisión, el metal de las llaves, un encuentro y un portazo. Sigue Leyendo...

Túnez

A veces miles de ojos nos miran desde el malecón norteafricano de Sousse, palmerales, desiertos de arena, de montaña…lagos salados, oasis, dátiles y aceitunas. Ulises en la Isla djerba, fortalezas en las bahías asediadas por el turismo, cafés orientales en Sidi Bou Said, patrimonio histórico, casas blancas, puertas y ventanales azules de Mediterráneo, ahuyentadores de mosquitos y malos espíritus, peces, lunas de sable, estrellas de cinco puntas, oraciones y ciudades santas…henna y bereberes, medinas y zocos concurridos de regateos, motocicletas, autos, bicis y claro los jabibis…chicha cachimba… aromas de jazmín y azahar, mercados de especias en el aire Tunecino, cuscús, shawarma, agua embotellada, Museo del Bardo, Cartago, Coliseo, ruinas y termas romanas. Jaulas y Dromedarios, té a la menta, alcornoques, viñas y olivos, cereales, estepas y playas…3000 años de culturas. Sigue Leyendo...

Impresiones pictóricas

A veces caminaba por la gran ciudad adquiriendo matices que quise retratar, por pueblos de montaña o de mar. Claro que no residí en todos los lugares, no fui a las guerras de Vietnam o Irak, no pude fotografiar la hambruna en la India o África negra ni la corrupción de los dirigentes en los países sureños aunque ésta se conozca en cualquier distrito. No viví tornados ni huracanes en Centroamérica, inundaciones en china o Japón, no recorrí los éxodos de los sintecho, de los desheredados de la tierra ni anduve por los campamentos de refugiados o los campos de concentración nazi…más siempre se huele en el ambiente la hipocresía y la miseria interior de los que nos mal llamamos humanos civilizados. Sigue Leyendo...

Dos historias entrelazadas

Lapiceros, tizas y gomas de nata… Plantaciones de cacao, caña de azúcar y oro verde (banana)… el olor a plástico de Pancho Villa y Jerónimo…tránsito por las calles estrechitas de adoquines infectos, blenorrágicos…la madera de los fuertes con soldaditos de plomo, aros y canicas…en la plaza del pescao, Zanba el demonio juega al kou kou djèdjè…ansia por aquel gatito, pez, pájaro, perrito, tortuga… letras quemadas leídas en papel limón con estupefacción…tebeos cambiados el fin de semana en el quiosco de la esquina del barrio…los almacenes con tejados de aguilón de curaçao…recuerdos felices de infancias desgraciadas…permanecen tapiados con un rito sangriento…qué enigma encierra que habiéndola vivido, la olvidamos…en sus puertas coloreadas de ténebre oscuridad…y lo único que persiste es la nostalgia…los aires ventean huracanados… Sigue Leyendo...

Ojotriste

Lluvia que abates incierta desde paisaje imperecedero…desconocido por tantos. Te miro con asombro, originas conmoción de libertad, de huida…de vagar sin equipaje. En tu gemido no concurren los ingredientes prosaicos de este universo áspero. No pienso más que en la colindante distancia ansiada por mi alma, tú te unes a la perspectiva y advierto que cada instante me voy arrimando más a ti. En la urbe me gusta contemplarte mientras la pobre lumbre se resguarda con vampiros de tela…el suelo queda brillante y vaporoso por el respirar y los tubos de escape de los vehículos. Los neones te reflejan, los fanales te manifiestan y la oscuridad de las sombras de la mañana te delata. Sigue Leyendo...

Historia de otro camino

Hace muchos siglos que este viaje fue engendrado. Concebido por una desazón interior que mi memoria había procurado retener como uno más de esos filamentos venéreos que guardamos inanimados en la zona de la tripa del subconsciente. En aquel momento lo presentía demasiado fantasioso, pero, )sabes?… no duelen los imposibles cuando los llevas a término y las ciudades con sus muros infranqueables, sus asustadas paredes olvidadas de metralla, los niños derritiéndose sobre el ardiente asfalto de calles barnizadas de alquitrán y jardines inyectados de hipodérmicos venenos… aún soplan cuatro gotas de viento del aguacero de anoche… Te digo que es delirante comprobar que la nada te afecta. Para qué esperar más medias horas, sin llaves, en el descansillo del portal ausente, mientras otra lágrima entrelazada salpica los adentros, cristalizándose misteriosamente… aislamiento. He conocido supuestamente la amalgama del precio por morar en la tierra de un “creador vengativo y sin escrúpulos”… indefinido entre paréntesis. Sigue Leyendo...

Yakov

Yakov solía comer todos los martes, poco más o menos, indisolublemente en el multirracial Je T’Aime, café modernista de hipotético choque sociocultural con titulo de ostentosa realeza, sí, Yakov era un arquetipo forzosamente mediático y coercitivo…fácil de relegar, de estrías grotescas y amanerado…escapado de la viñeta de un cómic macabro, designando vacante la plana ambarina del esbozo, evadiendo el esferográfico de los aciagos designios del guionista y proyectante, calculadores del diseño comercial sin entelequia…no, Yakov no estaba dispuesto a que expiraran su caricatura a un insustancial magazín de exposición. Sigue Leyendo...

Joe Volado

Emisoras de radio, estamos trasmitiendo…cadenas de televisión sincronizamos el miedo en riguroso directo. El caos desvaría…hoy no hay colegio, la situación es desesperada…las adolescencias observan apoyadas en el muro.
Veinte litros de agua bendita por metro cuadrado, tomad y bebed…
A veces huir es el lugar de donde vienes. Joe Volado alunizó en un pretérito indefinido, llegó sin tripulación, sin nave…sin credenciales…desconociendo la ruta, la velocidad y el tiempo transcurridos. Transita solo la física…la duda atraviesa sus pensamientos, ¿no hay tierra en este planeta?. Un hombre acaba de germinar en la llanura del desconcierto, no sabe donde buscar raíces y la adicción al alcohol le está ahogando en el quebrado cenagal del ausentismo. Eclipsado de los archivos, desapercibido por las arterias de ida y retorno ¿qué infiernos llora?. Sigue Leyendo...

Pastís de Bohemia

Desde la onírica posada “la lenta agonía del poeta en el infierno etílico”.Tiranión,
El náufrago, ve como se aleja la ola que le trajo el equipaje hasta su playa existencial. Cruza los dedos y se retuerce de dolor,-permítame que le aconseje la costa,-había prescrito el doctor José Curado de Raíz, orientando posibles dudas a su paciente. Las palabras del especialista fueron directas y precisas, tal como él exigía: Una enfermedad pulmonar le minaba la vida por el corto atajo de unos meses. Y he aquí un billete de tren, la estación y el hombre en el último y silencioso andén que el destino le deparaba. Jeremías es un visionario que ha llegado a Barcelona para estudiar la cultura milenaria de la ciudad, sonríe… Sigue Leyendo...

Bala Tatuada

Aletea, pequeña isla entre nubes anclada, rodeada de infinito y agua salada.
A la madrugada, Justiniano el pescador se levanta del lecho. Da un beso a
Consolación, la esposa que aún duerme. A la mujer del sueño le robó su noche.
Bostezando, aparta la cortinilla del rústico pórtico de la ventana. Lleva sesenta Años haciendo el mismo gesto para divisar allá a lo lejos, en las rocas, el “faro De los santos”. Temeroso de que un día no esté. Ya se lo dice Consuelo: no seas Tonto,”Justi”, ¿quién se lo va a llevar? Y es verdad, él lo sabe…pero sigue vigilando Por si acaso y así se queda más tranquilo, ¿no? Después pasa revista a la habitación De las niñas, ¡ja, las niñas! Soledad y Rocío vivían en la ciudad lo menos hacía veinte años. ¡Qué pocas cartas llegaban del sur! Tritón viene meneando el rabo -qué viejo estás amigo, cómo pasa el tiempo. Recuerdo cuando eras un cachorro y ahora ya babeas y ni siquiera me oyes…y desde luego, nada de acompañarme a pescar, ¡qué lástima Tritón!-,le acaricia el pelaje rojizo. Sigue Leyendo...

Viajero Sedentario

Desde la ventana de la habitación, sus ojos acuosos se posaban con cariño y nostalgia sobre aquellos viejos y poderosos raíles de metal, vías muertas que como raíces profundas, siempre habían estado allí, partícipes del paisaje. Edgar el pensador, observaba como paralelamente se alejaban, perdiéndose en otros confines de mundos imaginarios y venerados, demasiado distantes, sentíase unido al añorante vacío, en un estado comatoso pero sosegado y sereno. Para Edgar el ferroviario, la estación del ferrocarril había sido su cuna y sería algún día, sin duda su sepultura. La ciudad quedaba lejos, Edgar el solitario lo prefería así. La anciana y olvidada estación creaba un oasis en medio del desierto, la gran fotografía de toda su existencia, el mapa de sus vivencias. El caserón era espacioso, dos plantas se alzaban en la plenitud de la nada. Sigue Leyendo...