Verdes cenizas de negras hogueras esparcidas por el aliento de los perros que custodian tu alma ciegan mis ojos tras las tupidas cortinas de mi corazón.
Largos brazos etílicos de negros dedos partidos asen mi vida y me separan del baúl de tu deseo.
Gaviotas del libre pensamiento surcan los cielos de tu sexo ausente y extraño para mí.
Personajes de cuentos infantiles pelean por matar a la razón que reside en tu mente.
Reclámos inútiles a varias horas que las pequeñas hormigas numeradas esconden en su hormiguero.
Deseos frustrados de tenerte me invaden retorciendo mi cabello sobre mi garganta.
Puedes irte volando lejos de mí. Ya no te amo, ya no te quiero.. o ¿quizás si?
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inocencia
La luz de la luna llena deslumbró mi inocencia, me arrebató lo único que aun era mio.
Sentí dar el vueltas el mundo sin preocuparse de mí. Quise frenarlo, pero era demasiado tarde.
Frío, rocío, campos de verdes blanquecinos, risas.
Como un James Bond mezclaba mi tristeza con tu boca,
tu alegría con mi desgracia infantil y preocupada.
Sentí dar vueltas mi mundo lejos de mí. Quise traerlo de nuevo pero era demasiado tarde.
Me arrebató lo único que aún era mio, se llevo toda mi inocencia.