Todas las entradas de: Adrielg

La tarántula

Hombres de buena fortuna, de bien ganada fama, acrecentadores de su peculio y de su hacienda; moralmente me veo obligado a advertirles del peligro que corren al acercarse a una dama, ingenuamente (sé que sólo pueden ser ingenuos en su presencia) que pasea el frescor de sus veinte años por todos los salones elegantes de esta ciudad.

A esta muchacha le dicen “la tarántula”.

Hay una especie de araña de igual apelativo que habita en los alrededores de Tarento. Antes se creía que su picada generaba una grave melancolía de la cual se salvaba el afectado si se le agitaba con fuerza. La tarántula que yo conozco ataca con una dote sobrenatural que le otorgara al nacer cualquier rutilante estrella, de las muchas que brillaron aquella noche, dichosa para ella, maldita para sus víctimas. Sigue Leyendo...

La otra nariz

Oler es mi oficio. Soy basurero. Basurero. Basurero, que nadie quiere mirar…, dice una canción por ahí. Bueno, ¿y qué? Porque, a ver, si no fuera por nosotros, los recogedores de basura, nos ahogaríamos en la mierda, que bien conozco como huele. Nadie nos quiere mirar, pero Dorotea vino a pedirme ayuda aquel día que vi abrirse un paraíso. Había estado tan solo hasta entonces, y ella viene y ¡pam!, se fija en mi después de rogarme, vaya, como quien no quiere las cosas, que le sacara una carta que había dejado caer en el contenedor; que ella no tenía, como aquel que dice, tabla para meter las manos en la inmundicia, como hacen los tipos y las tipas esas que llaman buzos. Sigue Leyendo...