Por que entre tú y yo, la distancia no es el olvido, no. La distancia es el dolor, la amargura, la pena concebida, el frío atardecer a solas, un jardín con hojas secas, la lluvia cayendo sobre mi desbordado mar, donde arrecian las olas, donde mueren los peces y llora el sol, donde estés tú, que ahí…, ahí no estaré yo…
Por que entre tu dulce pena y mi terco dolor, el amar no es el destino, no. El destino es el dolor, donde en tus lágrimas derramadas grite en alto mi corazón, que si tu no me querías, tampoco entonces lo haré yo, para ahogarme en mis heridas y olvidarte para siempre. Para ver la luz, rayana en el cielo en su esplendor. Para que mueras, vida mía, y entonces…, entonces muera yo…