Sin embargo, cuando salí de mis cálculos y la hallé frente a mi, y caí en todos esos ademanes torpes e incontrolados, vislumbré por lo menos que la única salida para escaparme fructuosamente del ridículo era decir lo que dictara la inspiración del momento y nada más,olvidándome de los discursos preparados y las encrucijadas previas.
(pág 68. La Tregua)
No te quedes inmóvil
Al borde del camino
No congeles el júbilo
No quieras con desgana
No te salves ahora
Ni nunca
No te salves
No te llenes de calma
No reserves del mundo
La Princesa y el Enano
Había una vez una princesa que vivía en un palacio muy grande. El día en que cumplía trece años hubo una gran fiesta, con trapecistas, magos, payasos….. Pero la princesa se aburría. Entonces, apareció un enano, un enano muy feo que daba brincos y hacía piruetas en el aire. El enano fue todo un acontecimiento.
Bravo, Bravo, decía la princesa aplaudiendo y sin dejar de reír, y el enano,contagiado de su alegría, saltaba y saltaba, hasta que cayó al suelo rendido. “Sigue saltando, por favor” dijo la princesa. Pero el enano ya no podía más. La princesa se puso triste y se retiró a sus aposentos….. Sigue Leyendo...
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