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No dudo

No dudo. Estoy seguro. Inquietante. En mi ceguera veo todo claro, la claridad me deslumbra. Sol que inquieta en mis pupilas la ausencia de duda. En este oscuro rincón ¡ déjame en paz!: Sol.
Dime tu edad. No pronuncies mi nombre. Oscuridad.

La ciudad inventada

Existió, y nadie lo sabe. La Ciudad de los Pájaros Pintados. Cuajada de estancias con fuentes. Sobre un alto dibujaba su perfil de ave en vuelo. El Sol, adorándola como esposa vírgen, la cubría desde el Este al despuntar el día. En su soledad ahondaba en sus veredas, caminos y vericuetos. El viento la cuidaba mientras dormía.

seminamis

Arranqué los versos de la piel de un árbol.
Ramas sin rima; remando.
¡Cuidado! En ese mar murió el poeta;
ahogado.
Savia como palabras derramaron.
No me preguntes por nada;
mis versos se van marchando
como la marea sin rima,
como hojas de calendario.

Detenerse

Detenerse: Buda lo hizo y a Cristo le obligaron. ¿Qué deberemos hacer los demás? Los demás formamos ese Todo, los culpables, los inocentes, los nacidos y aquellos a quienes no se dejará nunca nacer. Por lo tanto…pregunto a uno de mis amigos; tiene doce años y sabe,q ue toda muerte es un paso al detenimiento, a la quietud, pero no deja de ser un espacio para la palabra.

Sísifo

Sísifo, condenado por los dioses, se ha detenido ante la inhumanidad y el desgarro. El hombre siente que ya nada la es propio, y en consecuencia se precipita hacia una soledad complaciente y equívoca. La Libertad es la roca y el temor a la Vida es el propio Sísifo.