Si algún día al mirar hacia arriba
no ves las estrellas brillar
llora por ellas y nunca sonrías
pues no volverán a estar.
Se las llevaron a un punto lejano
El camino no está marcado. Solamente la dirección y el sentido lo están. Apuntan hacia un horizonte ancho y difuso imposible de concentrar en un punto concrto.
Deberíamos caminar, despacio, viviendo cada paso hacia un futuro incierto pero siendo seguro que se encuentra delante de nosotros.
Transitamos por una eterna pradera que no deja ver sus límites, avanzando siempre hacia el horizonte que intuímos y que nunca alcanzamos.