!Buendía, Señora!.

!Buendía, Señora!. ¿Cómo está usted?. Despierte a la vida porque la vida le está esperando. Tome papel y pluma. Dibuje una línea exacta y proyecte su futuro hacia el íntimo corazón de sus ideas. Libérese del varón machista y busque al hombre que la ama de verdad. Está cerca de usted. Tan cerca de usted que es el que le regala flores frescas al amanecer. Amanece. Dé luz a sus ojos y libérese del Don Juan y del Mejías. Busque al poeta soñador que la está amando en el silencio y rompa ese silencio con un “te amo” definitivo. Que el machista quede, para siempre, en el olvido. Supermán no existe. Yo sólo soy un hombre nada más. Un hombre que está soñando en la playa junto a la guitarra. Un periodista y un escritor de poemas para la Fantasía. Al fin y al cabo, como usted pudo comprobar en Motril, no sé ni tan siquiera bailar bien.

Nueve de la mañana en mi “Timberland”. Otra vez mi memoria vuelve a retroceder en el tiempo y recuerdo a las chavalas guapas como Mayte, Beatriz, Matilde, la vecina Zapata, Amores, la lozana Lozano y todas esas anónimas que dejaron sus pequeños corazones grabados junto al mío en la madera de la mesa de mi pupitre, incluyendo a la señorita Dora y a la señorita de Mecanografía Método Ciego. No sea ciega, Madame, y déjeme seguir soñando en la playa…

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