Café para Brindar

Ederico estaba enjuagando unos vasos que le habían quedado de la noche anterior, en la que hubo un encuentro de aficionados a las sopas de letras y que celebraban que habían creado un club social de hacedores de juegos de esos, en que los nombres parecen una cosa que no es.
Estando él en tal menester, entró al local Anuel y su cuñado Avier, debido a que aun era la hora esa que se denomina de sobremesa se pidieron pues un café. Así fueron servidos, que los tres conversaban de asuntos y cosas importantes para ellos.
Poco después entró en el local Edro, un vecino que casi siempre decía que le hubiese gustado mucho modificar su nombre, y en general los nombres de la gente; de hecho este hombre era coleccionista de nombres de pila, tenía una especie de registro. Tenía dos listas, en una el nombre oficial y al lado el nombre modificado, al parecer era un apasionado de esta curiosa cosa.

Entonces Edro pidió también un café, y los cuatro iban tomando sorbos de café e iban hablando tranquilamente de esas cosas también importantes para ellos. Como ninguno fumaba, pues no había humo en el local. ¡Es Normal!
Unos minutos más tarde entró en el Bar, Zequiel y su hermano Rancisco eran gemelos pero no idénticos. Y se sumaron a la conversación habiendo pedido cada uno un café también.
Más tarde entraron en el local Aría y su hermana Sabel, estas hermanas se dedicaban a la sastrería y costura, trabajaban muy bien. Eran artesanas de la confección. Por sus caras les gustaba lo que hacían.¡Esto también es normal! ¡Es normal!

Pero hubo un momento en que el dueño del bar se fijó en algo, de tal modo que miraba atentamente a Anuel, algo tocó a las puertas de su atención y entonces: “¡Anuel, estas muy callado! ¿Ocurre algo?” A su lado estaba su cuñado y como con la mirada ya pagaba, dio a entender o a intuir algo, y Anuel habló en forma de poema a sus amistades que estaban allí charlando… miró a los congregados que ya esperaban en silencio y así recitó:

“¡Hoy es un día importante, especial, para mí!
¡Pues me acaba de dejar mi novia, ayer estaba y hoy no, ¿donde están ahora los recuerdos y sensaciones? Ella acaba de irse, una herida sana acaba de abrirse, habré de vivirla, no hay más remedio, pues hoy es… ¡Un día importante para mí! ¡Amigos mío, brindemos, para aprender a iniciar relaciones! ¡Brindemos para aprender a finalizar relaciones! ¡Que reine la naturalidad también en estas cosas de la vida!“

Y aquellas gentes de aquel Bar, allí charlando, allí conversando, estuvieron con café sonriendo y brindando. Muy posiblemente por las cosas importantes de la vida, del oficio del vivir.

3 comentarios sobre “Café para Brindar”

  1. Brindo yo tambien por una amistad perdida, por una desconfianza adquirida, por alguien que se llevó mi alegría.
    Aprender a convivir con esas sensaciones no es tan duro cómo parece, solo hay que acostumbrarse a ello.
    Buena refelxión hay en tu texto.
    Saludos Volskier.

  2. Muy interesante lectura… de verdad me quede esperando a algo anormal aunque en realidad, el texto es algo anormal, y no pude evitar completar los nombres jaja. Eso me gustó. Bonito mensaje como dice Werse.. Un saludo!!

  3. Quizás deberian aprender algo de esto Ernando (con la F de feo y no con la H de hombre), Lfonso (que parece africano pero no lo es aunque mole diciendo que es paraca), Lorentino (que podría haber sido algo pero se quedó sólo en carnicero quebrantahuesos o alimoche) y Oseluis (que más bien es cerdo que magro). En fin. De broma en broma se dicen muchas verdades. Eliz Ño Uevo.

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