Hoy solo puedo sentir la música latir en mi corazón como ventanas cerrándose por la brusquedad de la tormenta. Los cristales se rompen y reflejan el rostro de mi pensamiento profundo. Ahora soy el silencio que observa y descubre en cada mirada de la gente un sueño, un deseo, el miedo a vivir, a ser, a amar, a decir no.
Mi sueño es atravesar esa puerta, la que conduce a lo desconocido, a un mundo nuevo, hacia mi mundo. Pero no quiero que esta se cierre a mi paso, no quiero dejar atrás a las personas que amo, a la vida que me recibió, pero si quiero ser libre, libre de pensamientos, de doctrinas, de imposiciones u obligaciones. Quiero sentir que mis pies se elevan para rozar el cielo con las manos y compartir un pedacito de este espacio infinito contigo.
Sí, quiero atravesar esa puerta, que la luz choque contra mi rostro difuminado y, comprender todo cuanto antes no pude. Quiero pronunciar mi nombre con todas sus letras, gritarlas hacia el interior de mi ser y caminar y caminar hasta que mis pies… digan basta.
Que lindo lo que describes, me suena a un paseo interior y real. Vístamos nuestros corazones de fiesta, así no la haya.
Buena escena, Wersi. Puede ser incluso una postal para el recuerdo. Un abrazo amistoso.