Esta es la información, éste el proceso
del hombre que ha de ser canonizado,
en quien, si es que vio el Mundo algún pecado,
advirtió penitencia con exceso.
Doce años de suegra estuvo preso,
a mujer y sueldo condenado;
vivió bajo el poder de su cuñado,
tuvo un hijo no más, tonto y travieso.
Nunca rico se vio con oro o cobre,
vivió siempre contento, aunque desnudo,
no hay incomodidad que no le sobre.
Moró entre un herrador y un tartamudo,
fue mártir, porque casado y pobre,
hizo un milagro, y fue no ser cornudo.
Francisco de Quevedo y Villegas (1580-1645)
Hola, te he dejado un “mail”. Chao