Busqué el Camino y me hablaron de Kerouac y la Janis Joplin, de Sex Pistols y otros muchos más… pero yo buscaba un camino diferente. No ese de las drogas y el estruendo decrepitador. No ese de los desenfrenos y la moribundez. Y entonces me hablaron de uns escarabajos vestidos de negro que cantaban a Lucy en el cielo con diamante. Pero no me interesó su demencia y cuando vieron que no me satisfacían los submarinos amarillos donde los sargentos consumían pimienta aderezada con ácido lisérgico de las amapolas me hablaron de otros muchos caminos como los enfermizos y pústulos de un tal Bourrowght y luego, cuando rechacé de plano las desviaciones sexuales, de otras rutas como la del bakalao que solo eran encrucijadas sin más salida que la muerte.
Entonces pregunté por la Verdad y me hicieron visitar a un montón de santones del Ganges y gurús gandhistas. Golfos todos ellos del engaño falsamente mistificador porque, apesar de sus blancos mantos, estaban repletos de verduscas moscas que apestaban sus pies mientras se rodeaban, incólumes e impertérritos, de toda clase de enfermedades, Burladores metafísicos y mefistofélicos todos. Mientras ellos rumiaban raíces y morfinas la gente moría despiadamente junto a ellos, y lo mismo ocurrió con los chamanes de los lavatorios del escupitinajo y la burla soez y los brujos del candomble y las mandingas falsas. Muy lejos de la Verdad que yo buscaba estaban asidos todos ellos a la mentira diabólica y contumaz vestida de máscaras y antifaces. Yo buscaba la Verdad y la Vida y entonces me hablaron de miles… millones de filśofofos existenciales… algunos epicúreos… otros estoicos… otros muchos de racionalismos inconclusos pero todos ellos con verdades diferentes y hasta diametralmente opuestas, Hasta que me presentaron a un tal Nietzsche que decía que la verdad es una mujer y en todas las mujeres, cuantas más mujeres mejor, quisieron que encontrara la verdad… pero el final era la falsa muerte de las verdades contradictorias. Y los filósofos se ocultaron en su impotencia… hasta que en Tucumán encontré a una princesa amazónica que solamente me miró a los ojos y entonces descubrí que el Camino, la Verdad y la Vida sólo estaban en su interior, La amé profundamente porque Jesucristo había entrado ya en mí. La amé y la seguiré amando por toda la Eternidad.
Camino, Verdad y Vida
Hay un hombre que nos habla todos los días de nuestra existencia. Muchas veces predica en el desierto pero, de vez en cuando, se produce un milagro y alguien (hombre o mujer) se transforma y va y le cree y encuentra que es cierto que caminando junto a Él nunca se pierde, que escuchándole a Él nunca se equivoca y que estando junto a Él nunca se muere… ¿Y quién es Él?.
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Camino, Verdad y Vida
Hay un hombre que nos habla todos los días de nuestra existencia. Muchas veces predica en el desierto pero, de vez en cuando, se produce un milagro y alguien (hombre o mujer) se transforma y va y le cree y encuentra que es cierto que caminando junto a Él nunca se pierde, que escuchándole a Él nunca se equivoca y que estando junto a Él nunca se muere… ¿Y quién es Él?.
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