A veces me canso, de indagar a quien buscas de preguntar en que andas.
A veces me canso, de querer sin medida, de entregar todo sin pensar si hay algo a cambio.
A veces me canso, de tener la luz en los ojos, la pluma en la mano y a ti, musa inmóvil, en la mente.
A veces me canso…
Entonces… Tú. Apareces. Me conmueves. Me renuevas…
Y cuando la musa renueva al conmovernos sobra el cansancio… y cogemos de nuevo la pluma en la mano para sentirnos parte integrante de la mente literaria. Porque la literatura, tal como tí la expresas tan brillantemente, es un ejercicio fértil pero indagante, fértil sin medida, fértil en su entrega impensada. A veces llega el cansancio pero ella de nuevo aparece siempre y volvemos a renovarnos. Agradezco tu texto, dinora, porque me ha servido de alta reflexión para seguir adelante…
Hola Di, tu texto me invita a escribirte esto: “acompañame a espantar mis fantasmas, a dormir con la sola, soledad de tu compañía, invitame un café y conversar sin palabras, a bailar un tango, acompañame a escribir, un verso, un soneto, te espero, mi musa inspiradora”. Besos!!!