CERO Y EL VIAJE

-Sabes que el bien y el mal son complementarios y por tanto necesarios los dos pero de lo que te estoy hablando es de un mal que no tiene nada que ver con la armonía de la vida, no es como la necesidad de llorar para apreciar la risa o las equivocaciones tan necesarias para aprender de nosotros mismos
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-El mal que se esta apoderando de todos no tiene antagonismo es de otro mundo que no forma parte de la vida ni del universo, su cometido es destruir sin mas, pero no como cuando se quema un árbol y sus cenizas sirven para abonar nueva vida

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-Es demasiado tenue como para que podamos incluso identificarlo, pero esta ganando la partida y eso no podemos consentirlo.

-Alicia quedamos muy pocos con capacidad de lucha y precisamente nuestra primera misión es hacer ver a los desheredados la importancia de su existencia, en esta lucha no nos sirve el típico héroe, esta demasiado tocado es hora de que aquello que nos mostró Jesucristo se cumpla, pero sin fanatismo ni militancia.

–Vamos tenemos una misión y no podemos dormir

EL VIAJE

-Cero y yo nos miramos fijamente, entonces comprendí que no había tiempo que perder, sin saber muy bien porqué, sentí que cero tenia razón y el mal estaba muy extendido, en aquella cafetería en la calle Marcelo Usera de Madrid, comenzó un viaje que nunca olvidaría, es difícil explicar el viaje teniendo en cuenta que aunque es físico, no en la dimensión que nosotros conocemos, ni en el mismo tiempo.

De hecho el viaje duro años, y en realidad solo transcurrieron tres cuartos de hora, ahora sonrió pensando en las personas que nos observaban, cogidas de la mano con fuerza y con los ojos clavados intensamente sin pestañear,, seguro que pensarían que estábamos locas.

Antes de nada cero quiso asegurarse si físicamente lo podría soportar, fue entonces en el espejo de sus ojos cuando vi. lo mal herida que me encontraba, pero no pensaba echarme atrás.

Ahora si; comienza el viaje;

VISITA AL PAIS DE NINGUNA PARTE:

-Llevábamos horas andando por unos paramos solitarios, corría un viento suave que movía los hierbajos de acá para ya como desorientados, como si no supieran la dirección que tomar. También nosotras nos sentíamos así, se hacia eterno y monótono el camino, si pudiéramos volar llegaríamos a cualquier sitio en un periquete, ¡verdad cero..!

-Comenzaba a oscurecer, y aunque cero decía no saber a donde nos dirigíamos, solía decir; no te impacientes Alicia el presente nos ira indicando el futuro poco a poco. Si lo disfrutas plenamente en cada momento verás como el cansancio se convertirá en placer, aun a pesar de sus palabras yo estaba cada vez mas cansada y sedienta
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-Siempre nos movíamos en dirección oeste y a lo lejos se erguían unas enormes montañas, que con el atardecer me parecían enormes monstruos con los brazos extendidos esperándonos con cierta maldad en el porte y color

-El camino se hacia interminable y según oscurecía a nuestro alrededor, los minúsculos ruidos que apenas se percibían durante la tarde ahora parecían amplificados y estridentes de pronto cesaron de golpe.

-Escucha cero; ya no cantan las cigarras ni las ranas, ni siquiera se oye la brisa golpeando las yerbajos, no se escucha nada, ni siguiera nuestras pisadas..Estaba sobrecogida.

-De pronto descubrí el motivo, no caminábamos por la planicie, andábamos con la misma sensación de cuando caminas por blanda hierva solo que estábamos elevadas por encima de ella unos veinte centímetros.
cero me miraba divertida y me dijo;
No decías algo de volar, esto no es lo mismo, pero nos permite ir un poco mas rápido, como carecemos de alas, lo mejor es dar grandes zancadas sin llegar a pisar el suelo, es mucho mas descansado, además, intenta correr ya veras que sensación.

-Efectivamente comencé a coger velocidad, mis pies iban por delante de mi cuerpo que cada vez se inclinaba mas, de pronto era como si estuviera nadando, tuve que rotar totalmente pues el impulso me llevaba en sentido contrario, que bien, me sentía como una niña, hacia muchísimo tiempo que no disfrutaba tanto, comencé a hacer piruetas en el aire, , no sentía mi cuerpo, era tan liviano como una pluma, era muy divertido caminar baca abajo contemplando las estrellas igual que cuando de pequeña me colocaba un espejo horizontal debajo de la nariz y me divertía caminando por el techo de mi casa, pero esto era muchísimo mejor, no había obstáculos que salvar, ni lámparas que sortear
..
–Entre risas y piruetas, no vimos que había transcurrido mucho tiempo, de pronto perdimos esa capacidad tan maravillosa, y estábamos otra vez con los pies en la tierra, que pena.

-Ya era noche cerrada, las montañas se erguían a nuestros pies como monstruos sin cabeza, yo estaba enormemente cansada, tanto que no podía dar ni un paso más, cero me cogió la mano derecha con su manita izquierda y con la otra comenzó a golpearme cada vértebra de la columna, cada vez con más fuerza, casi me hizo gritar de dolor, cuando de pronto noté una especie de calor y escalofrió que se dispersaba por todo mi cuerpo llenándome de energía renovada, tenemos que continuar, me dijo; sólo un poco más.

-Comenzamos a escalar y aunque era muy tarde, el cielo aparecía limpio como el agua de un manantial, nos servia de linterna pues aunque la luna todavía no había salido, se podía apreciar la vía láctea con tal nitidez que daba la impresión de que, la vía láctea nos cubría con su manto protegiéndonos.

-Según subíamos, mi asma, me impedía respirar con libertad, y me paraba continuamente, menos mal que llevaba encima el inhalador.

¡-No puedo cero!, no puedo continuar, ya no soy joven y es demasiado el tiempo que llevo sin practicar ningún ejercicio.

-cero me acercó su cantimplora, bebe ordenó; el liquido no era agua, aunque transparente y liviano dejaba un extraño amargor en la boca que curiosamente se transformaba en dulzor.
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-Ahora quítate los zapatos, me espeto:

¡-Pero me voy a pinchar!

-Que quejicas que sois los adultos,” vennga, por favoor”, me susurraba arrastrando las sílabas como, con toda la paciencia del mundo.
Yo me sentía ridícula, pues parecía que se habían cambiado los papeles (y eso era en realidad, lo que ocurría), yo era la aprendiza y cero mi maestra.

-Un arroyo de agua cristalina serpenteaba encabritado por la ladera de la montaña.

-Ahora Alicia, lávate los pies y siéntate en esas piedras con los pies en el agua, la obedecí humildemente.

-Alicia,. Te voy a dejar sola por unas horas, no te asustes, Es la primera etapa de tu viaje.

-Dicho esto desapareció, cantando entre los eucaliptos, de pronto todo enredador me resultó muy familiar y mi cuerpo había rejuvenecido velozmente.

4 comentarios sobre “CERO Y EL VIAJE”

  1. Gracias de nuevo tus palabras me llenan de alivio, maxime que hace dos años que se nos murio la niña la mayor, y con el tiempo yo creo que todavia es peor, pensaba yo en una biografia pero podria ser la historia de cero, llevandome al pasado de vez en cuando asi seria las dos cosas. que te parece alborjense, un besazo

  2. Gracias amigo José tus palabras significan mucho para mi, sabes que soy un poco niña y si no veo comentarios pienso que lo estoy haciendo mal, como no he estudiado sobre estilos en fin, nada, podrias recomendarme algun libro para poder escribir una novela o biografia, en fin iuna especie de guia, un besazo muy pero que muy grandote

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