Se decía que amaba con todo su ser aquella contraparte de sus ansias, personificación de lo ideal, con amor de poema.
Se imaginaba bajo el influjo poderoso de la emoción más intensamente experimentada por el ser humano.
Creíase amar como nunca…
Pero, ¿no sería que adivinaba detrás de esos ojos amados, incluso tras esa alma soñada, el perfume del último amor de adolescencia?
Después vinieron otros cariños más, como llegan a la playa olas, una tras de otra, pero aquella sería la postrer ilusión de frescura, la última vez que había creído en el amor.
Cuando hubo terminado, decidió que a partir de entonces mejor sería dejar que la otra parte le intentase convencer.
(¿lo notaste?)