Soy un niño y me comporto como un niño mientras espero a la niña que me robará, definitivamente, el corazón. Los Reyes Magos han tenido la gran gentileza de regalarme un libro sobre los cocodrilianos. Y mientras espero a la niña que, definitivamente, me robará el corazón, aprendo que los cocodrilos son reptiles carnívoros de gran tamaño, del orden cocodrilianos, que viven en los grandes ríos de zonas intertropicales, o sea situados entre los dos trópicos que son los de Cáncer (y sueño con la ni´ña que, definitivamente, me robará el corazón) y de Capricornio (donde tengo mi propio refugio familiar).

Las noches se hacen albas mientras el yacaré es un reptil similar al cocodrilo pero de tamaño algo más pequeño, de unos 2,5 metros de longitud, que vive en América del Sur (vuelve el sueño a transportarme a la niña que, definitivamente, me robará el corazón) y se alimenta de peces y vertebrados. Su piel se utiliza en la industria de los curtidos y es de la familia oligatóridos.

Ligo las horas de la lectura con una alineación de esperanzas nacida en el año de mi Gran Sueño. El aligátor es un caimán y mientras sueño con la canción “se va el caimán se va el caimán se va para Barranquilla” aprendo que el caimán es un reptil de hocico ancho, muy parecido al cocodrilo, que vive en América Central y Meridional (y sigo soñando con la niña que, definitivamente, me robará el corazón).

El lagarto verde, reptil de unos 60 centímetros de longitud, cuerpo alargado cubierto de escamas y cola larga, que vive generalmente en lagunas cálidas y secas, es de la orden de los lacertilios que en México es denominado caimán. La niña que, definitivamente, me robará el corazón nace en mi mente mientras los lacertilios son reptiles con escamas, patas y colas largas, generalmente no muy grandes, como el lagarto, el camaleón y el saurio.

Miro el reloj. E$l sueño crece. El camaleón es un reptil arborícola insectívoro, con una cola prensil y ojos con movimiento independiente el uno del otro, que mide hasta 60 centímetros de longitud y está dotado de homocromía. Vive en África u parte de Asia. Se me va, de nuevo, el pensamiento a la niña que, definitivamente, me robará el corazón.

El saurio me hace volver a la lectura. Se le conoce como lacertilio… y me introduzco en el círculo inacabable del Gran Sueño. Soy un niño y me comporto como un niño mientras espero a la niña que, definitivamente, me robará el corazón.