Al nacer la vida nos obliga a firmar un papel en el que nos comprometemos a ser. ¿Cuánto se nos dice en la primera infancia? Se nos muestran las señales de un mundo que siempre está ahí, al otra lado del bosque o atrevesando montañas. Nos comprometemos sin darnos cuenta, quizá, porque toda la existencia en un espejo. Sé que toda este incesante ir y venir de años y sensaciones tiene su sentido. POrque estamos en un mismo barco, pero hay puertos donde nos tocará bajar y la nave siga su ruta. Quizá pensaemos que los mensajes de compromiso, de la primera infancia, han desaparecido…pero siguen siendo semejantes a los de siempre. Hay lobos tras los árboles y naves que puedes trasladarte a mundos diferentes.
En la segunda mitad de lav ida el compromiso es tan “consciente”, que repites la expresión: “Que paren el mundo queme apeo”…Pero existir tiene un fundamento profundo, esa esencia que tratamos de señalar en lo alto, también está abajo: es el principio hermético “Así es arriba como abajo”. Sorprendente el vivir. Quizá el compromiso no cese jamás y la desesperanza no es sino un mal encuentro con el frío de la falta de imaginación, de un espejo sin marco, de unas mentes unidireccionales. En realidad la Nava va…siempre y hasta siemrpe.
2 comentarios sobre “Compromiso”
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No se si quizás yo hoy esté especialmente sensible, pero texto tras texto que leo mi emoción se mueve de dentro hacia afuera… a estas alturas Grekosay me quedo fascinada con esta reflexión, tan comprometida e intensa como son las tuyas, llevo repitiendo mentalmente algunas frases un rato…, me gustaría tenerte delante para hablar de esto cara a cara, me parece que da para tanto…, hoy, gracias…
un abrazo
Y gracias a que hay naves que nos trasladan a otros mundos diferentes, que sinó a veces, no sé lo que sería de nosotros. No podemos apearnos, ésto, ni para, ni espera, siempre navegando, en aguas calmas y a contra corriente. La vida. Un beso. Alaia