Con la guapísima Jordá (Entrevista)

La guapísima Carmen Jordá, de tan sólo 22 añitos de edad, y que está más buena que el arroz con leche que he desayunado gracias a mi guapísisma esposa que no la cambio por ninguna otra, ha iniciado una nueva aventura en su vida. Se ha encaprichado con los trampolines para demostrar que vale más que para estar en la cocina solamente. !Así que ya me véis otra vez envuelto en una de mis famosas y desastrosas entrevistas!. !Esto es lo que ha quedado!.

P.- ¿Cómo estás?.
R.- Muy buena para muchos años, ya que estoy en el top ten de Florida.
p.- ¿No te estarás refiriendo a Florinda Chico, verdad?.
R.- Jajaja… no… no he dicho Florinda sino Florida.

P.- Lo que sucede es que estás tan nerviosa que no se te oye apenas… ¿pudes hablar más claro y más alto?.
R.- Lo intentaré.
P.- !Tú inténtalo!. !Inténtalo!. A ver cómo sale el asunto…
R.- Repìto que lo intentaré.
P.- Pero tranquila. Mucho más tranquila, chavala guapísima con permiso de mi guapísima chavala.
P.- Que no he dicho Florinda sino Florida.
R.- Pero ¿a qué Florida te refieres?… ¿A Florida de Estados Unidos, a Florida de Colombia, a Florida de Chile, a Florida de Cuba o a Florida de Uruguay?.
R.- Jajaja… ¿es que hay tantas Floridas?.
P.- Ni te imaginas las de Floridas que hay en este mes de mayo. Pero aquí el que pregunta soy yo ¿de acuerdo?. Tú limítate únicamente a contestar lo más alto y claro que puedas… por cierto ¿sabes que también existe la corriente de Florida que desemboca en un golfo?. ¿Te estás refiriendo a ese golfo?.
R.- Jajaja… ¿eres un poco golfo eh?.
P.- Contesta y no te andes por las ramas. Que ya tendrás tiempo de reír más y mejor.

Carmen Jordá se lo piensa durante unos largos segundos. No sabe si decir la verdad o callar para siempre. Pero se atreve a decir la verdad.

R.- Me refiero a Florida de los Estados Unidos.
P.- O sea, una vez descartada la Florida de Colombia, la Florida de Cuba, la Florida de Uruguay, la Florida de Chile y la corriente de la Florida del golfo… ¿cuál es la flor que más te gusta?.
R.- Estoy dudando… dudando… no sé si elegir entre la rosa roja o el crisantemo azul.
P.- Te voy a ayudar un poco. ¿Sabes que la rosa roja simboliza romanticismo vivo y el crisantemo azul simboliza romanticismo muerto?.

Carmen Jordá queda sorprendida…

R.- Pues es la primera vez que me lo han dicho. En ese caso no tengo dudas…
P.- Espera… espera… no te precipites tanto que te puedes equivocar… ¿sabes cuál es la otra diferencia esencial entre la rosa roja y el crisanetemo azul?.
R.- Ni idea.
P.- Que la rosa roja tiene los pétalos acorazonados y un olor intenso mientras el crisantemo azul sólo es ornamental y sirve para adornar las tumbas…
R.- Sigo sin tener duda. No lo dudo ni un momento. !Sí!. !Elijo, hasta con los ojos cerrados, a la rosa roja!. !No deseo morir tan joven… jajaja!.
P.- Después de resuelto este importante asunto ahí te va otra pregunta… ¿Tienes alguna otra idea?… No lo digo por mí sino por esa gran cantidad de hombres machistas que creen que las chicas guapísimas como tú sólo tienen una sola idea… ¿me estás entendiendo lo que te quiero decir?.
R.- Jajaja… No hace falta que me lo aclares más. Entiendo lo que quieres decir o mejor dicho lo que dicen esos machistas. Quiero aprovechar la oportunidad que me das para decirte que tengo muchas otras ideas para que se enteren todos esos machistas. Por ejemplo, sé boxear…

Aprovecho para, con su permiso, encender uno de mis cigarrillos de la marca “Coburn”.

P.- ¿Qué te parecen los tradicionalistas bajitos con bigotes cortos que dicen que “la mujer con la pata quebrada y en casa”?.
R.- Que se pongan sus cortos bigotes a remojar… !jajaja!.
P.- Cambiemos de tercio como hacía tan magistralmente Curro Romero.
R.- ¿Quién es Curro Romero?. ¿Un bandolero de Sierra Morena?.

Ahora el que ríe disimuladamente y sin que se entere ella soy yo…

P.- Escucha guapísima…. estamos en el siglo XXI y los bandoleros hace mucho tiempo que desaparecieron… ¿De verdad no sabes que Curro Romero fue un torero genial?.No lo confundas con el obsoleto Curro Jiménez. Curro Romero toreaba hasta a las margaritas… ¿qué te parece?.
R.- ¿A las margaritas?.
P.- No. No te creas que me estoy refiriendo a ninguna mujer, que Curro Romero tenía mucho estilo para eso… me refiero a esos combinados llamados margaritas que toman los “guaperas”… ¿me comprendes ahora?.
R.- Si… !jajaja!… ese Curro Romero debió de ser un tipo genial.

Hago otro cambio de tercio sin que ella se entere de que sigo sonriendo a escondidas.

P.- ¿Miami te ha enseñado algo o has enseñado tú algo a Miami?.
R.- Pero ¿qué me estás preguntando?… ¿de verdad que no eres un poco golfo?.
P.- De verdad que no. Pero aquí el que hace las preguntas soy yo y tú limítate a contestar. Te aclaro la pregunta porque me parece que no te has enterado de nada o te has despistado un poco. Quiero decir que si de Miami has aprendido algo… porque yo, que resulta que también he estado allí en algunas ocasiones, pues sí he aprendido bastante…

Carmen Jordá responde ahora con suma rapidez mental.

R.- Yo también he aprendido bastantes cosas en Miami; por ejemplo, a distinguir entre la gasolina y el diésel. Paso por completo de los hermanos Gasol porque si desean ligar conmigo que ni se lo crean. Carburo mejor con el diésel, que funciona por autoencendido y cuya potencia es capaz de arrastrar trenes.

Me entra la risa pero disimulando lo suficiente como para no ser atrapado en sus redes.

P.- ¿Te llevas bien con Andrés Campos el hijo?.
R.- ¿Te estás refiriendo al hijo del cantante mexicano Rubén Campos?, Perdona. Es que no te he escuchado bien.
P.- No te hagas la sorda que me conozco muy bien ese asunto desde hace años… he dicho Adrián Campos hijo y no Rubén Campos hijo; que sé distinguir entre Adrianssens, ex ciclista belga por cierto, y el ex poeta Rubén Darío, nincaragüense por cierto.

Carmen se siente acorralada… mientras estiro las piernas y suelto algunas volutas de humo de mi “Coburn”…

R.- !Ah!. ¿Te refieres al automovilista Adrián Campos hijo?.
P.- No disimules y contesta…
R.- Es sólo un compañero nada más. Pero de ligar conmigo que ni se lo crea.

Me entra de nuevo la risa pero sigo disimulando como Crisipo, aquel filósofo y lógico e ilógico, según le conviniese, de antes de Jesucristo que daba tantas lecciones de coherencia al sistema de los estoicos y, como un estoico, la miro a los ojos y consigo que desvíe su mirada hacia la ventana de la cafetería donde estamos conversando, por ver si hay algún gambusino mexicano observándonos.

P.- No te preocupes. No hay gambusino mexicano observando porque están ocupados en buscar yacimientos minerales en las minas y, de paso, algún que otro futuro… !por cierto!… ¿tienes a mano algún “Fortuna” ya que mis “Coburn” se me están acabando?.

A Carmen Jordá le entra la risa.

R.- Yo no fumo…
P.- Yo tampoco…
R.- ¿Entonces?.
P.- Tú sólo haz lo que te pido y el que hace las preguntas soy yo.

Se levanta ante la admiración de todos los parroquianos, se acerca a la mesa donde está uno de ellos, le quita el paquete de “Fortuna” que tiene sobre la mesa, le quita un cigarrillo echándole cara al asunto y me lo regala mientras se sienta de nuevo frente a mi.

P.- Gracias. Ya tenía yo ganas de encender un “Fortuna” gratis. Pero sigamos… ¿te da tiempo de ver el cine?.

Antes de contestar vuelve a desviar su mirada hacia la ventana…

P.- !que no te preocupes chavala!. Que no hay ningún gambusino mexicano observándonos porque están, como locos, en el Usumacinta.
R.- ¿Qué?. No. No estoy encinta -me responde volviendo a la realidad.

Me entra tanta risa que ya no puedo disimular más.

R.- ¿Por qué te ríes tanto?. ¿He dicho algo anormal?.

Guardo silencio mientras enciendo el “Fortuna” al estilo impertérrito de Humphrey Bogard…

R.- ¿No tienes más preguntas que hacerme?.
P.- Un montón. Pero, como siempre, prefiero ser selectivo…
R.- ¿De verdad no eres un poco golfo?.
P.- ¿Por qué?. ¿Por ser selectivo?. Dejemos eso ahora. Contesta a la pregunta que te hice sobre el cine.
R.- Si… !jajaja!… veo todas las series cómicas relacionadas con el Viejo Oeste de los Estados Unidos. Por cierto, ardo en deseos…
P.- Espera… espera… piensa bien lo que vas a decir…
R.- No. Si no estoy diciendo nada más que ardo en deseos por ver esa serie que dicen que están preparando y que se titula “Por esos caminos del Wayne”.¿Sabes tú quién es el guionista?.
P.- Te vuelvo a repetir que aquí el que hace las preguntas soy yo pero… bueno… voy a hacer una excepción que confirme la regla. Supongamos que soy yo. ¿Que te parece?.¿Verdad o mentira?.

Ahora a la que le entra la risa es a ella…

P.- Contesta. Contesta.
R.- Que es verdad… pero lo que no comprendo es cómo lo hiciste en tan poco tiempo con todas las tareas que estabas haciendo entonces.
P.- ¿Es que sabes tú, guapísima chavala, lo que yo hacía por aquel entonces?.
R.- Me lo imagino.
P.- Pues si. Con la imaginación. Lo hice sólo con la imaginación… entre otras cosas… pero volvamos a la realidad actual…

Doy otra bocanada al “Fortuna”, ahora al estilo impertérrito de Jihn Wayne y se elevan varias volutas de humo mientras ella vuelve a desviar la murada hacia la ventana.

P.- Que te repito por enésima vez que no, Carmen… que no hay ningún gambusino mexicano observándonos porque están todos muy ocupados en buscar minerales de oro y plata, como vestía el famoso Curro Romero, en un río que pasa cerca de Celaya. ¿Por cierto, sabes quién fue Celaya?.
R.- No tengo ni idea…
P.- ¿Y si te digo que su verdadero nombre no era Gabriel Celaya sino Rafael Múgica?.
R.- Sigo sin tener ni idea. ¿No será un ex jugador del Las Palmas Club de Fútbol?.

No río ni sonrío… sólo sigo soltando volutas de humo…

P.- Te voy a ayudar porque eres una chavala guapísima con permiso de mi guapísima chavala y sólo por eso. Escribió “Lo demás es silencio”.

Se produce un tenso silencio entre ella y yo. Nos miramos a los ojos y parece que quiere encontrar la respuesta en los míos. La encuentra…

R.- !Ya me acuerdo!. !Lo aprendí en la Universidad!. Fue el poeta español nacido en Hernani y uno de los máximos exponente de la poesía social nada más.
P.- !Pues claro que sí!. “Lo demás es silencio” es sólo poesía social.

Ahora es cuando la pillo totalmente desprevenida porque ha bajado la guardia y le pregunto a sopetón y a botepronto como buen futbolista que soy.

P.- ¿Díme qué sabes de “El Pipa”?.

Ella, totalmente deconcertada, se pone nerviosa y responde sin poderlo evitar…

R.- “El Pipa” es sólo un buen compañero nada más… pero de ligar conmigo que ni se lo crea.

A mi que, de verdad, me da lo mismo lo que pase entre “El Pipa” y ella, no me preocupa para nada ese asunto y vuelvo a las preguntas…

P.-¿De verdad te has creído que a mí me interesa algo sobre “El Pipa” o tus relaciones o no relaciones con “El Pipa” o algún otro hombrecito de esos?.

Ella se queda en silencio…

P.- Olvidemos ese asunto. Vamos a ver, Carmen… ¿qué hay que hacer para ligar contigo? y no te lo pregunto por mí, que estoy casado con una chavala guapísima que no la cambio por nadie, sino por todos esos que quieren ligar contigo, que lo que es conmigo, como dices tú, ni te lo creas.

A Carmen Jordá le entra la risa.

R.- !Tienes buen humor!.
P.- No. No es humor. Sólo es el humo de mi “Fortuna” nada más…
R.- !Jajaja!.
P.- Ríete, ríete todo lo que quieras ahora que estás a tiempo, pero responde, por favor, a mi pregunta y no desvaríes más…
R.- Atreverse a batirme en el Indy Car.
P.- ¿Alguna discoteca acaso?.
R.- Jajaja… no… no es una discoteca…
P.- !Pero si ya sé lo que es el Indy Car que para eso soy periodista!. Sólo te lo preguntaba para demostrarte que también sé bastante de discotecas.

Ahora ella se pone seria y se le corta la risa de golpe.

P.- ¿Ya se ha apuntado alguno?. Y dame cifras exactas. Cifras. Sólo quiero cifras nada más.

Carmen Jordá se queda ligeramente como colgada de un vacío…

P.- ¿Es que también haces parapente?.
R.- No. Es que estoy calculando. La cifra exacta no la sé… pero puede que esté ya alrededor de los 200… pero !no veas la cara que se les va a poner cuando tengan que hacer el casting… o sea, la pre selección previa!. Para mí que a todos esos “guaperas” se les va a caer su donjuanismo por los suelos…

Yo mantengo silencio mientras ella sigue tan embalada que parece a Induraín bajando el Mont Ventoux…

R.- La Feria de las Vanidades. Esto es, exactamente, la Feria de las Vanidades… ¿tú te crees que yo, siendo tan jovencita y estando tan buenísima como tú dices… voy a ligar con alguno de ellos?.
P.- ¿Pero no dices que ligarás con el que te gane en el Indy Car?.
R.- Las mujeres decimos muchas cosas!. Pero !suponte de lo que se van a enterar!.

Ahora es a mí al que le entra un ataque de risa por aquello de “una cosa es lo que dice una mujer y otra cosa bien distinta es lo que hace una mujer”. Así que vuelvo a encender uno de mis famosos “Coburn”…

P.- Yo no tengo por qué suponer nada. Yo sólo estoy aquí para cubrir una Entrevista y preguntarte. Por ejemplo, ¿eres la chavala que en Long Beach reuniste a 200.000 admiradores y admiradoras?.
R.- Eso es lo que dicen las estadísticas de California… jajaja… Si… ¿Por qué me has hecho esa pregunta?.
P.- No te preocupes. No deseo para nada dejarte demasiado atrás.
R.- !Jajaja!. Tienes buen humor…
P.- Te repito que no es humor sino el humo de mi cigarrillo que ahora vuelve a ser un “Coburn”, chavala.
R.- Bien. Me conformaré con estar detrás.

El asunto vuelve a ponerse serio y tengo que tener mucho cuidado con no caer en alguna de sus trampas.

P.- !Pobrecillo del que caiga entre tus manos!. Por cierto, guapísima, aquí va mi última pregunta.
R.- Te la contesto si a cambio me dejas hacerte la última pregunta yo a ti.
P.- Está bien. Así por lo menos serás periodista por un día o, al menos, periodista por una sola pregunta. Aquí va la mía. ¿Te gusta más España o los Estados Unidos?.
R.- !En España se baila mejor!.

Ya no me aguanto más la risa y estallo en una carcajada mientras ella me hace la última pregunta para cerrar la Entrevista.

Carmen Jordá.- ¿Es verdad que ya tienes dos premios literarios conseguidos en tu curriculum?.
José Orero.- Tengo un premio de Ensayo y un premio de Poesía… ¿te lo crees o no te lo crees?.
Carmen Jordá.- !Me lo creo!.
José Orero.- Pues yo también me lo creo porque es verdad.
Carmen Jordá.- Entonces… ¿brindamos ahora?

Yo me limito a levantarme, a recoger todos mis papeles con las notas apuntadas y a despedirme de ella dándole la mano mientras pienso para mis adentros:¿por qué será que le da a esta guapísima chavala, con permiso de mi chavala guapísima, que le dé por hacer tantas tonterías con esto del Indy Car y no se apunta a la Fórmula 1 que da más fama y dinero?. Cosas de la psicología femenina, pienso yo.

Y salgo de la cafetería directo hasta la Redacción sin volver para nada la vista atrás… que ya se sabe lo que le pasó a la mujer de Lot por hacerlo… y no tengo ningún deseo de convertirme en estatua de sal.

Deja una respuesta