Mi padre murió de tristeza, mi madre murió de dolor y mi suegro murió de pena… pero mi suegra, que sigue viva por muchos años más, siempre repite una frase suya de verdadera sabiduría cristiana: “Que sufra el dinero pero no la persona”.
2 comentarios sobre “Confesión de medianoche”
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Jesucristo lo consentirá. Seguro. Por Fe y Razón.
Muy sabia tu suegra, que viva por muchos años.
Abrazos