Constructo del abandonado en lo alto

He muerto balcón, mujer, por decisión arquitectónica tuya,
por el egoísmo, exquisito y atroz, de tu delirio,
que negó la calentura, por el afán de riquezas.
En ese lugar extraño que me construiste
miro la calle, desde lo alto, vacía
y a mi espalda, el resto de tu casa, con vos y tu flamante marido.
Intuyo un sótano, tuyo, tuyo,
que me dice que nunca serás
mía mía.

Sótano que acaso contenga una llave, de alguna puerta olvidada de nuestra lujuria preferida.
Y ni hablar de tu cocina intacta, donde nunca freiremos huevos juntos.
Ni del baño, donde no te puedo espiar por la cerradura, cuando llueve oro desde tu cueva. No soy tan serio, para mencionar tu alcoba, donde sábanas limpias, ¡qué asco!
son la mortaja exacta de tu deseo, y el babero breve, de tu dueño.
Mujer, mujer, pobre mujer, desamparada para siempre de mi infierno,
viviendo en el paraíso de ese banquero. Mujer alhaja, mujer desempleo,
mujer caída de las bolsas, y con la bombacha puesta. Pobre de vos, sin mi. Pobre de vos, tan rica y tan casta, como has quedado. Ya no me tienes, ni te tengo, pero sigues teniendo esa parte mía, que te acompaña y duele. Alguna vez me dijiste, que soy como Buenos Aires, porque sobresale mi obelisco. Vos sos como Roma, en tu coliseo, mataste a los gladiadores y dejaste vivo… al Papa… que te llena de palabras bellas, pero no te penetra. ¿ Qué vas a hacer con el horno cuando se llene de fuego?… yo estoy como el mismo Perón muerto, con las manos cortadas, de tanto acariciar, en mi caso, al mismísimo obelisco… si supieras, sin vos, lo pequeño que ha quedado. Mujer, puta hermosa por decisión unánime de la naturaleza, hembra de muchas orgías, y de fantasías siniestras… ¿por qué te cruzaste a la derecha? y me mataste balcón, en la arquitectura de tu anhelo. Vuelve a la casa que tiene por techo al cielo, por piso la tierra y … por único cimiento… tu calentura, la mía, la nuestra.

2 comentarios sobre “Constructo del abandonado en lo alto”

  1. Vale, Fabio… bien… bien dicho si se mira desde el ángulo oscuro de las sombras. ¿Sabes cuántas sombras he conocido yo? Alguna que otra y siempre sin quererlo. Así que te comprendo.

  2. Lo disfrute mucho, la forma de expresar el sentimiento con ese uso de las palabras, tan transparente y personal. Definitivamente hay un sentimiento fuerte, el de terminar balcón tal vez. Qué feo es terminar balcón, entiendo lo que pasas. Saludos.

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