En un lugar al que no tenía planeado asistir y con alguien que, curiosamente, ya había pasado por mi cabeza, tuve un momento especial. Me enamoró compartir ese momento, no con cualquiera, si no contigo. Había pensado en ti y jamás imaginé que serías de la manera en que me dejaste ver, que reirías de la
manera en que ríes…
Me gustó que me escucharas con esa mirada tan atenta y que, a la vez, me comprendieras. Me emocionó que me dijeras que era yo la que te hacía sentir bonito. No me gusta que me interrumpan cuando estoy hablando pero que lo hicieras tú, y porque te apetecía besarme, no me importó. Me acompañaste, sin apenas darnos cuenta, a lo largo de casi toda la noche y sólo sé que me gustarían más noches contigo, que mis labios vuelvan a perderse entre los tuyos y que mis palabras se intercambien con las tuyas…
Me encantó tu manera de besar, de hacerme sentir única. Me cautivó tu manera de ver la vida y con tus palabras me llenaste -¿porque no decirlo?- de ilusión. Me sorprendió tu curiosidad por saber de mí, porque me escuchabas sin querer que yo callara. Me besabas y acariciabas con suavidad y dulzura; de una manera diferente a la que nadie lo había hecho antes. Pero lo que más me llamó la atención de ti fue tu mirada, había tristeza en tus ojos pero supe, con poco detalle, el motivo de ésta.
Se van terminando las horas de la noche contigo, como se consume la cera de la vela que alumbra mi vida. Todo termina aunque yo desee que así no sea, aunque me quede con ganas de conocer y eso me duela.
Dentro de mí quedó algo que hace que tu recuerdo permanezca conmigo, porque tú quisiste quedar en eso: en un inolvidable recuerdo. Y cada día que pasa, en el rincón más inesperado, me cruzo contigo… intento no mirar, intento esquivar tus ojos pero mi impulso emocional me lleva de nuevo a buscar tu mirada. Por eso a cada sitio a donde voy busco tu olor, tu risa, tu cuerpo… ¡te busco a ti!
Todo tiene su principio y su final, pero quizás este momento nunca llegó a tener nisiquiera un principio. Después de todo me gustaría saber qué piensas, que sientes e incluso que odias. Me gustaría saber si tus labios aún tienen el sabor que me dejaste probar aquella noche, si en tus ojos la tristeza sigue habitando, si en cada sitio esperas verme, si piensas en mi, si cada mañana sonríes…
Me gustaría conocer muchas cosas de ti, pero aún más me gustaría poder compartirlas contigo. El problema está en que tú no quieres más momentos conmigo y, sin tener un principio, todo llegó a su final. Pero no dudo que yo aún siga deseando encontrarme contigo, soñando otro momento contigo…
Gracias por perder un poco de tu tiempo leyéndome. Qué menos que leer algo tuyo? 🙂
Me ha encantado,es sencillo y desde esa sencillez brota la belleza.
De hecho,si me permites decirlo,no sé porqué pero al leerlo, lo “ibas narrando tú” en mi cabeza,y “tenías una voz extrenamademtne dulce” y bonita…será porque eso es lo que me inspiran tus palabras.
Enhorabuena.Leeré más cosas tuyas! Con permiso 🙂
Muchas gracias Diesel! Aún me queda mucho para poder calificar mis textos como arte. En el fondo pienso que para mi si es arte aunque para algunos no lo parezca. Pienso que el poder escribir y transmitir ya es un arte, ya sea de forma gestual, escrita, musical…etc. Muchos de nosotros somos pequeños artistas y no nos damos cuenta.Un millón de gracias Diesel! Tu opinión sobre mis textos me ayuda mucho a seguir!
Un abrazo. Elbereth
Muy buen texto. De verdad. La búsqueda echa Arte con mayúscula inicial.