No es que se nos presente San Isidro El Labrador para revelarnos algún piadoso secreto o para realizar algún milagro con nosotros, sino que lo que pasa es que somos estudiantes del Instituto San Isidro de Madrid (exclusivo para los chicos porque las chicas van al Beatriz Galindo). Así que no me refiero a cosas del santo, sino a que en el San Isidro siempre pasan cosas. No sólo tenemos que soportar los feroces insultos de Gálvez, el de Física, sino que tenemos también que aguantar al “Pistolas”, al “Pingüino” y, por si fuera poca carga para nuestra corta edad, al pesado Mañoso que es el Jefe de Estudios.
Gálvez suelta hostias a destajo; “El Pistolas” nos acusa apuntándonos a la manera de Mendoza Colt (¡Usted, usted y usted vengan inemediatamente aquí y traigan la pelota!);”El Pingüino”, abriendo las piernas como “Rabietas” obedece al “Pistolas” (¡Ya voy, ya voy, ya voy!) y Mañoso, como un gamberro que no es del Instituto le ha soltado un piñazo que le ha dejado un ojo a “virulé” por darle un manotazo a su cigarrillo en la cafeteria, no sólo le da por “endiñarnos” lo del emblemita sino que la ha tomado con los de la última fila del aula y pide que vaciemos los bolsillos pera entregar los tabacos. Así que no me queda más remedio que hablar con él.
– Escuche bien, jefezuelo, no me sea cabezuelo ni jerigonzo, porque resulta que nosotros no somos los de los cigarrillos por tres razones muy poderosas: la primera es que no tenemos edad para fumar porque no tenemos todavía 18; la segunda es que no somos ni estraperlistas ni contrabandistas porque somos solamente estudiantes de Bachillerato; y la tercera es una pregunta: ¿Ve usted alguna chica o chavala por aquí?
– Pues no porque todavía el San Isidro de Madrid es solamente para chicos y las chicas y chavalas estan prohibidas.
– ¡Pues por eso mismo, Tío Cansino, no podemos ser fumadores!
– ¡¡¡Necesito una explicación de inmediato!!!
– No se me sulfure con sulfato sódico, Jefezucho, porque es totalmente evidente que, al no haber ni chicas ni chavalas por aquí, dejando de lado a las que pululan por la Calle Estudios para ver si nos pescan a alguno de nosotros para invitarlas al Doré, no podemos tener tabaco porque sin tabaco no tenemos posibilidad alguna de ligar o darles el palique a las chicas y a las chavalas que brillan por su total ausencia.
Cosas de San Isidro.