Crepúsculo de guiñol

Funámbulo sueño de careta
que hace de su hilo vida
en medio de la trágica pirueta.
Un paseo por el raudo mundo
del ánimo transformado en silueta.

Alguien le regala una violeta
que irradia de sentir morado
su corazón de trapo y de bayeta.


Y mientras dura el denso espectáculo
de su respirar con alma de cometa
un verso de blanco receptáculo
le envía el heteróclito poeta.

Después, en las horas del crepúsculo,
camina su trayecto la maleta
que guarda en sus entrañas al minúsculo
alambrado cuerpo de la marioneta.

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