Nada acaso tiene otro perfume que el de las palabras equivocadas. Las horas transcurridas; los momentos que se van y transcurren, efímeros.
Nadie sabe si en realidad es un llamado o es un pedido, nadie sabe por qué lo aclama, reclama su voz.
Por qué ella reclama su voz. Lo reclama.
Dueño de otro cuerpo el ya no repara en ella.
Pero es ambiguo porque por momentos, él parece cercano.
¿Por qué el hombre siempre es incomprensible?
-Porque (es- él-) con ella, no conmigo-
Si yo descanso en el decoro de mirarlo. Mirarte.
¿No lo has advertido? Crudas verdades.
El hombre es un extraño para las mujeres y viceversas, y las palabras, ambiguas, las palabras extrañas no ayudan, y el tiempo trascurrido que lo envuelve todo y lo enmaraña… He vuelto a mirar hace poco por tu ventana y me alegra ver que piensas con firmeza, como siempre, pero con corazón… No se si me recuerdas! Ahora estoy en medio de PAU y tengo por seguro que vuelvo nada más acabar. Muy bonito el texto! Un saludico, echaba de menos leerte.
Verdades que no pueden olvidarse, lo cual no impide que existan nuevas verdades, mas fuertes y mejores
Saludos!
Dinora
texto curioso, Celeste, por su criptografía sentimental muy lograda y que hac epensar mucho. !Bienvenida por Vorem de nuevo Celeste!. No te vayas tanto timepo. Te aprecio un montonazo enorme. Me gustan tus textos criptográficos…jejeje… y pensar con lo que nos dejas leer… Un besote…