Mi amor, cuando te espero y apareces
Mi dolor, es que estás y te desvaneces
Mi amor, sol naciente que no conoce atardeceres
Mi dolor, luna escondida entre nubes cuando amanece
Mi amor, la cadencia plena de tus pensamientos
Mi dolor, tocar el filo acerado de esos versos
Mi amor, sin temor despegar los pies del suelo
Mi dolor, Icaro al sol de plumas líquidas al viento
Mi amor, tu rostro entre brumas que toca mi frente
Mi dolor, jardín de miradas que no me pertenecen
Mi amor, tu amada sonrisa clavada en tus labios
Mi dolor, mis besos sin usar inútilmente guardados
Amor…
Dolor…
Sigo sin distinguirlos
A veces me pregunto si yo realmente vivo
Pûes yo creo que, sinceramente, hay tanta existencia viva en ti, que te aproximas a definiciones tan concretas sobre el amor y el dolor. Y es que quien vive como tú siente como tú. O sea, sientes con los 8 sentidos humanos (tenemos 8 sentidos y no 5 cuando de verdad vivimos). Amor. Dolor. Yo tampoco sé exactamente distinguirlos a pesar de ser tan diferentes.
Dinora,
Voy a tomar tu ultima frase…
creo que todos en algun momento nos preguntamos si realmente vivimos o si somos materia perdurable, pero inerte, casi contradictorio. Seguimos siendo pausas de nosotros mismos, y el dolor, ese enemigo intimo con el cual convivimos, resulta a veces tan maravilloso y terrorifico como el amor mismo y su grandeza. Quiza no sea necesario distinguirlos, quiza.
Muy bien plasmados tus sentimientos. cariños,
Celeste.-
Sabes, me convenciste. Hoy me dediqué a leerte. De amor y dolor, tan distintos pero tan homogeneos, sentimientos tan necesarios para poder enternos unos a otros.