Esperemos que se hayan calmado ya los ánimos de los fundamentalistas de Mahoma. Por el momento más de dos docenas de muertos y un número bastante alto de heridos se ha cobrado la llamada “guerra de las viñetas”. Reconozco que lo que hicieron los daneses del Jyllands Posden, los franceses de Le Monde y de Charlie Hebdo y otros periodistas europeos fue, en cierto modo, una imprudente provocación si tenemos en cuenta que la amplia libertad de expresión que existe en Occidente (alcanzada tras muchas generaciones de lucha y sacrificio) no es lo mismo que entienden los muslmanes, que viven en países donde la Religión es cosa sagrada e intocable.
En el año 1801 se produjo la “guerra de las naranjas” entre España y Portugal. En 1969 se produjo, igualmente, la “guerra del fútbol” entre Honduras y El Salvador. Recordemos también la “guerra de las patatas” que cambió la vida de Irlanda y no digamos menos de la “guerra del té” que no sólo cambió la vida de Norteamérica sino la de todo el mundo.
Pero detrás de la carta de Godoy a la reina citando un asunto de naranjas, Det.rás de un estúpido partido de fútbol para la clasificación del Mundial de 1970 y un balón que entra o no entra en una red,, detrás de la crisis patatera con su repercusión el alaza y baja de los precios en el mercado y detrás de los impuestos sobre unas bolsitas de té en Estados Unidos, había causas anteriores mucho más profundas. ¿Ocurre lo mismo con la “guerra de las viñetas”.
Por supuesto que sí. Detrás de las “caricaturas” más o menos burlescas sobre Mahoma hay toda una yihad religiosa declarada desde 1979 por el ayatola Rubollah Jomeini antes de morir. Recordemos que en Europa hubo una “guerra de religión” que duró más de 30 al enfrentarse los católicos contrarreformistas contra los protestantes.
Está bien que los musulmanes pidan respeto al binomio Alá-mahoma pero también ellos deberían respetar el binomio Dios-Jesucristo y el binomio Jehová-Mpoisés… cosa que no hacen en absoluto porque yo he visto, con mis propios ojos, cómo cantan obscenidades contra otras religiones sus muchachos en las escuelas (les hacen mamar odio desde su infancia) y cómo exteriorizaba un grupo de argelinos su alegría y sus insultos a la religión cristiana en cierta ciudad europea tras los atentados a las Torres Gemelas, el Tren de Atocha y el metro de Londres.
Está bien que tengamos respeto a las creencias de los islamistas pero hay que pedirles también a ellos respeto hacia las nuestras. Eso se llama, en democracia, equivalencia de derechos. Respeto mutuo. Pero hablares de igualdad y de equivalencia a los fundamentalistas islámicos es como pedir peras al olmo. Quizás los periodistas europeos citados antes se pasaron un poco al ejercitar el derecho de libertad de expresión pero lo que nunca debemos consentir es que ese derecho (alcanzado tras muchos siglos de sacrifico) venga ahora a ser amenazado con el terror y la ley del miedo. Eso no. Reflexión y respeto hacia todos sí, pero equiparidad también. Aunque los musulmanes no sepan qué es eso. Por ejemplo la equidad de género entre otras cosas.
Estimado compañero:
Los seres humanos somos excesivamente frágiles cuando se atenta contra los sentires “religiosos”. La misma diferenciación de religiones es un concepto creativo…pero lleva a la guerra, como lleva a la paz. El diálogo entre religiones está por convertirse en un hecho, pero…no resulta cuando religión y estado juegan sus cartas al unísino. La historia deja huellas en los pueblos y el “odio” se acrecienta con los virus de un fundamentalismo devastador. En nombre de nada ni de nadie deberíamos convertir al mundo en un campo de batalla. El integrismo no sólo encierra conceptos religiosos, sino que aúna principios de político y poder. Lo más grave es la falta de diálogo y lo más terrible es que…la historia se reìte. Excelente trabajo.