Deambulando por las sombras de los olivos pardos
veo el gris contorno de la vida prieta
y entre los huecos de los dedos de mis manos
contemplo el aire que las mueve inquietas.
Veo una especie de cuerpo con sonido leve
en medio de la tarde que yace en la floresta
y escucho la música de una nota breve
que se eleva entre las ramas duras y enhiestas.
Doy paso a la zona de los suaves pensamientos
que se inundan de sentir en la corriente rauda
y los mismos claroscuros de sus fundamentos
dan su color a esta tarde de la nada.
Hay nostalgia en el afán indómito
de ser hoja volando por el espacio alado
y quedo por un momento callado y atónito
deambulando por las sombras de los olivos pardos.
Te veo caminando entre las sombras con la mirada perdida entre los olivos pardos para volver hasta nosotr@s con una gran poesia.
Me encanta la expresividad de unas manos inquietas.
¡Bravo!
Siempre que uno sale a pasear por el campo, se encuentra con el poeta que lleva dentro y se le ocurre alguna poesía.
Cuando además el poeta con el que uno se encuentra es grande. Suelen salir pequeños poemas como este, plagados de matices, sonidos y colores.
Muy bello poema.
Un saludo.