Deja que el deseo duela

Deja que el deseo duela
y si te das, que sea el dolor un dádiva.

Ábrete para mi,
Siénteme dentro,
Susurrando la caricias de un amor ausente,

Lamiendo los caminos aún por recorrer,
Doliéndome sin tregua,
Lengua sin pronunciar
En una boca quieta sin palabras.

2 comentarios sobre “Deja que el deseo duela”

  1. Cuando el deseo duele se siente uno muy dentro de sí mismo y tanto lo presente como lo ausente se nos hace ardor y pronunciamiento sin palabras. !Qué bueno tu verso reflexivo, Only!. !Y qué bueno volver a saber de ti por este Vorem!. Los caminos por recorrer son incógnitas que se aben ante el deseo doliente pero no frustrativo sino enriquecedor de la personalidad. !Un abrazo, Only!. Desde las Américas te recuerdo continuamente y te deseo lo mejor de la vida.

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