Puedo pensar que conocerte y sentirte no fue casualidad
o concienciarme en que sólo desvarío.
Puedo seguir a la espera de que vuelvas a entregarme el corazón
sin que te lo haya pedido, pero pidiéndotelo un poquito cada día,
o analizar cada factor y ver que se repite la fórmula del “ya nunca más”.
Puedo inventar mil frases diferentes inspirándome en el placer de tu mirada,
o dejar de escribir al deseo de sentirte otra vez.
Puedo decirte, siempre implícito, un pequeño Te Quiero,
o volverle la cara a mis pequeños caprichos de ti.
Puedo soñarte cada día,
puedo perdonarte siempre,
puedo aguantarme cada vez,
o dejarlo ya.
Puedo seguir recreándome en los recuerdos haciéndo uso de tantas y tantas líneas,
o puedo dejar de escribir.
Dejar de escribir…te
Sentimiento en tu relato, Inde. Muy sentida la proposición de los quereres o no quereres. Un abrazo.