Escribe lo que sea:
tus palabras no son tuyas:
son del que te lee
el que a buen seguro,
hazme caso,
las tergiversará,
como el que rompe un vestido
a su anchura y altura.
Tu mensaje, el que sea, será presa
del crítico, que no sólo critica.
También se permite decir
que quisiste decir con tus palabras.
Es irremediable, me temo. Cada cual lee y asocia lo que lee con experiencias que tuvo o con planes futuros. Cada cual se somete a su subjetividad y eso debe ocurrirles hasta a los que leen las obras de escritores consagrados. Qué se le va a hacer, yo me contento con expresarme y, si no me entienden al cien por cien, no pasa nada. No pasa nada, créeme.
Saludos.