Del color de la palabra que no existe

Sombra sureña que surge de los olvidos de una palabra. Alegre risa que se desmorona en el caramelo azul de la corriente. La luz es un secreto nuevo como esperanza que se levanta por primera vez para lo desconocido. No existe ya el instante de comprender el canto pero canto en medio de la lluvia y la ceniza. El cigarrillo consume los últimos alientos de la tarde y la sombra sureña se abre como abanico entre el color de las brisas. Ni tan sólo el instante de encontrar silencio me salva de esta palabra que no existe.

Un comentario sobre “Del color de la palabra que no existe”

  1. !Muy bonito Diesel”. Me ha llenado de emoción esa sombra sureña de la palabra inexistente que se convierte, de pronto y por magia de tu pluma, en un grupo de palabras silentes y bellas. !Muy bonito, Diesel!.

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