Deseando el vuelo de Miriam

Acababa de llegar a la ciudad.
A su ciudad.
Forastera ocasional, ya habia dejado de ser el efímero reflejo de un sueño, y volvia de un viaje real, dificil, extraño, en el que habia encontrado la fuerza para encararse con los demonios que tambien habitaban en sus calles.
.
El desassiego de Pessoa, la perseguia últimamente y se dejaba embaucar con mordazas de humo y hielo sujeta a un vaso de whisky
.
Esto empezaba a ser demasiado a menudo y ella en su desasosiego, notaba como su alma, como su mas intima energia, empujaba y la impulsaba a desbocarse, sin fuerzas ni ánimo para ello.

Su cabeza, poblada de imagenes y recuerdos, volvia una y otra vez a escenas escapistas.
Poco a poco fué perdiendo el vértigo, y poco a poco descendió de su nube, pero sintiendose sorda y ciega. Desorientada.
Tomando tierra, decidió conocer su parte más lógica, decidió luchar por percibir, por palpar la realidad, de lo que ella misma era, se habia prometido no claudicar.

Al cruzar la Avda Gloria, ví a Miriam.
Algo encorvada, desplazaba su cada vez mas pequeño cuerpo, mermado por la agotadora desesperanza, que yo habia conseguido burlar.

Decidida entró en un local. Las puertas, algo derruidas daban a un pasillo de vecindad ó algo que se le parecia.
Lo confieso, no puede resistirme a curiosear aquel extraño paasdizo.
Miriam se deslizó escaleras arriba en un portal a la derecha del patio. los bloques eran como cajas de fruta construidas con hormigón, desde luego eestaban habitados.
Sigiuió subiendo la escalera, mientras en los descansillos se escuchaban voces, Un cuartucho amorfo, ninguna pared igual a otra, todas orientadas hacia un triptica ventana.
La vieja gitana esta sentada en una mesa.
Una triste luz, se filtraba en un cielo plomizo, la niebla daba una sensaciòn de pesada humedad enderedor.

Decidí marcharme, ya estaba saturada de lumpen y prisiones.

Para mi cada dia seria un pensamiento sanador, una frase,positiva y el sentimiento de renacer una y otra vez.

Debia luchar, abrir los ojos, volver a el espacio que me pertenecia, donde el sosiego y la paz habitaban esperandome..
Seguia buscandome en cada paso,en cada palabra.

Desde algún sitio escondido, mi lucidez me hace señales como un faro a un buque torpe y malo de gobernar,

Sigo impenitente, esperando el sol primaveral, que haga ceder a las plomizas y pesadas nubes, que lo escondieron durante este ultimo invierno.

Vuelvo a pensar en Miriam, y deseo que algún destello de este nuevo sol, acaricie su fria alma , que se quedó perdida el triste y tirano dia, que la negrura dominó su corazón, oprimiendo su alegria y su ilusión.

Busca tus alas Miriam. Yo sé que eres un ángel. Emprederás el vuelo cuando sueltes las cadenas.

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