Quito, 14 de enero de 2005
Tras un arduo despertar, arrullado por los trinos de los pajarillos que vienen al jardín a levantar, con sus cantos, el ánimo de todos los soñadores, he salido a pasear por entre los tilos y las alamedas aledañas a la Central. He podido dialogar con los entrañables gnomos y las dulces hadas de esta mañana placentera en que yo te sugiero vivir, corazón indómito, arrebolado de blancas sensaciones, entre el humo pasajero de las níveas nubes y las sombras silenciosas de esas estudiantes que preparan sus apuntes con la misma fruición con que lo haría un verdadero chef. Después, te sugiero meter la cuchara hacia la cesta del basquetbol y formar los !cafús! que realiza la pivot bajita de estatura pero alta de entusiasmo. No ha importado perder el encuentro porque se ha ganado la mañana…
Te sugiero vivir esta sopa de judías después de haber besado cariñosamente a la Princesa y haberle dicho dulcemente ¨¿Qué haces?¨
para soñar que lo que hace es pensar en ti…
Te sugiero vivir una tarde con un amigo (fausto encuentro con mi amigo Fausto) al borde de un café, una cerveza o un vaso de buen vino… y después ir con él a ob servar el oasis de las chavalillas de La Católica que pasean por nuestros pensamientos mientras nuestros sentimientos están al lado de nuestras amadas esposas que laboran y tejen una noche placentera…
Y te sugiero vivir el anochecer junto a ella, junto a tu amada compañera de fatigas y silencios, de alegrías y de juegos, para terminar el día besándola en la boca y diciéndole (yo a mi querida Liliana) “Eres lo único importante para mi”. Buenas noches, paloma.