DIARIO BLANCO (4).- La canoa

En su semoviente ondulaje yo me embarco, todas las noches, junto a Ella y, remando con los sueños de las cobijas, enfrentamos la fría noche con el calor de los cuerpos enamorados. Es la canoa nuestro pequeño hueco a la esperanza e. ilusionados con los pleamares de sus vaivenes, elaboramos ilusiones nocturnas para el nuevo amanecer.

Esta canoa es algo así como un arca de noé desparasitada y en ella entran todas las afables especies posibles que caben en el infinito; afables especies posibles que se hacen realidades convexas con el Tiempo a medida que vamos enhebrando sueño tras sueño, quehacer tras quehacer… y enrumbados en la orquestación de sus continuos oleajes, Ella y yo dormimos abrazados al sentimiento.

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