20:45
Deambulo por la calle sin soltar el cigarro y veo miles de colores a mi alrededor
pidiéndome a gritos que me los lleve a casa.
Esta indecisión me está matando: rojo, azul, verde, negro, blanco;
¿cuál me apetece?… naranja.
El humo casi no me deja respirar.
Con tantas tonalidades no es sencillo; tendré que elegir, ya cierran.
A ver… este me va bien con las escamas, pero resalta demasiado con el amarillo.
Que dura es la vida cuando se es pez y hay tantos anzuelos para morder.
21:15
Siempre al volver la misma rutina.
Remontando las escaleras mecánicas para poder sobar tranquilo en el metro,
sentado en un buen sitio, pero creo que hoy me va a tocar oler axilas.
El olor de los peces no debería ser un problema, pero estamos tan cerca…
¡y el desodorante que utilizan! diluido en el ambiente asfixia.
Que ganas de llegar a mi hogar, con mi nuevo naranja mango recién comprado.
Merece la pena sufrir, mañana por la mañana seré un pez más feliz..
Un comentario sobre “Diario de pez”
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Es necesario salir de la pecera… compañero… Un abrazo.