Donde habita tu verdad

Déjame sentir tu piel al despertar,
que pueda tocarte y me dés vida
yque me olvide de mi nombre y sólo te ame.
Me detendré, como el viento en madrugada,
para amar la luna entre tu almohada
y tocar tus cabellos como oliendo a lirios.
Na te pediré, tan sólo eso…
que no limites el amor al fuerte esfuerzo vital
de cada día;
dejemos, que en la callada armonía de la nada,
sin ser tú…
puedas ser tu almohada.

Un comentario sobre “Donde habita tu verdad”

  1. ..la piel.. fuente de inagotable roce placentero,
    caricias y relieves como colinas ensangrentadas, como noches cruzadas, acertijos de un amplio tejido lacio y elástico…
    amigo mío, precioso, una síntesis poética acertadísima…
    cariños
    …Celeste

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