EL AMIGO CLARK

Clark es mi amigo. Mi mejor amigo. EL AMIGO. Ese por el que dejo todo para escucharle porque él deja todo para acompañarme (y vicecersa)… Ese del que un día oí hablar a José Luis Sampedro (el de La sonrisa etrusca) que tener un amigo de esa clase es un divino tesoro (lo de divino supongo que lo dijo por lo mágico, extraño y difícil que es encontrar un amigo así) y que tener dos amigos de esa clase es prácticamente imposible…

He tenido y sigo teniendo muchos amigos y amigas… pero Clark es mi mejor amigo, EL AMIGO más allá de cualquier circunstancia y EL AMIGO más acá de cualquier trascendencia. La amistad con Clark no responde a ninguna pregunta del qué, quién, cómo, dónde, por qué… porque la amistad con Clark es simplemente sin preguntas. Si el compañerismo lo debemos buscar obligatoriamente y si el amor nos sorprende súbitamente… la amistad no se busca ni nos sorprende sino que solamente se encuentra. Y ese encuentro entre Clark y yo (que se produjo una noche de discoteca) se prolongó… y se prolongó… hasta llegar a ser eterno en sus segundos de duración. Así es la amistad del AMIGO, simplemente porque sí y sin ninguna otra explicación.

Pero ahora que sé que Clark se emociona hasta las silenciosas lágrimas cuando escucha música (Clark siempre ha sido un fanático admirador de la música) he podido comprender algo más de Clark: Que mi sentimiento de amistad hacia él va más allá de la Eternidad… va hasta el Espacio donde no existen las palabras para definirlo…

Y quiero que Clark sepa que nunca la distancia fue entre él y yo un olvido y que el pañuelo de despedida (Adiós que te vaya bien y no mueras en el intento) se ha convertido y se convertirá siempre en una mano de amistad (Hola qué tal, cómo estás, regreso para decirte que nunca encontré otro Clark porque Clark siempre me ha acompañado y no necesité sustituirle).

Qué enorme suerte es tenerte siempre presente, Clark…

Un comentario sobre “EL AMIGO CLARK”

  1. ¡Saludos amigo Diesel!
    El Destino ha puesto en mi vida…en esta presente, un amigo que me a permitido descubrir el sentido de las muchas razones para vivir. Ahora, navega en un barco por las Antillas y cambió su carrera meteórica…por su verdadera condición de lobo de mar. Imagino que en esa distancia inmensa que nos rodea, él sigue siendo y yo continúo. Gracias por tu artículo.

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