Tomó la mano de la Diosa
y se la llevó al centro de su corazón
y brotaron entonces las ideas
de la nueva revelación.
!Era él!.!Él mismo conjugando
verbos en la estación
en que soplaban los vientos
por cualquiera dirección!.
La Diosa le dio un beso
aturdiendo su razón
pero él se quedó sintiendo
algo así como el amor.
!Era él!. !Él mismo repitiendo
una profunda canción
que le elevó a la cumbre
de la profunda emoción.
Aquí y allá…, donde sea…, es un deleite leerte.
Un beso amigo!