El bipolar (parte seria)

La bipolaridad es un grave trastorno mental, un desorden psíquico que se caracteriza por cambios extremos y repentinos del hombre bipolar que van desde una caída depresiva verdaderamente fuerte a una enorme euforía supranormal. Son cambios profundos y extremos que se producen a través de lo que los psiquiatras llaman brotes psicóticos y esquizofrenias.

El grave problema de esta seria enmfermedad es que hace infernal la convivencia social y familiar, deteriorándose continuamente las relaciones interpersonales con el hombre bipolar que sufre trastornos profundos como alucinaciones, desilusiones drásticas, desórdenes del pensamiento, doble pesonalidad (muchos llegan a creerse Jesucristo algunas veces por ejemplo) y cuando la crisis es fuertemente mística son fácil presa de las sectas religiosas entre otras cuestiones.

Las causas de la bipolaridad se desconocen pero estudios hechos recientemente dicen que abunda entre personas de muy alto nivel intelectual, grandes talentos (como lo fueron por ejemplo Lincoln, Beethoven y Gan Gogh) y hoy en día hay numerosos políticos e intelectuales que sufren de esta enfermedad.

La bipolaridad es una enfermedad mental que no tiene, hasta el día de hoy, sanación y debe ser tratada continuamente con medicamentos y pastillas. La única forma de controlar la mente de un bipolar es por tratamiento con pastillas específicas (según sea el grado de bipolaridad que sufre) pero si el paciente no toma estos medicamentos inmediatamente su mente queda fuera de control y vienen los brotes psícóticos. Se han dado muchos casos de suicido por esta causa.

Las fases de la bipolaridad son dos: el llamado trastorno maníaco-depresivo (donde el enfermo desarrolla manías imaginarias muy fuertes) y el llamado trastorno eufórico (en el que de repente se siente capaz de ser el hombre más poderoso de la tierra cayendo en verdaderas acciones sociales que llaman rápidamente la atención de quienes las ven).

Si la bipolaridad es leve y el enfermo cumple con todo lo que le dicta el médicoy se toma las pastillas puede llevar una vida normal y hasta feliz pero en numerosos casos estos enfermos mentales no se dan cuenta de su realidad y creen que los enfermos son los demás y no ellos, por lo que se niegan a tomar ningún tipo de medicina o pastillas. En estos casos la bipolaridad va desarrollándose en grados más elevados y el enfermo destruye todo su entorno social y familiar…

Bueno. Podríamos hablar mucho de la bipolaridad. Por ejemplo que el mundo, como dice la frase “es un pañuelo”, o sea que es pequeño de verdad y da la casualidad que tengo un cuñado chileno que vive en Santiago de Chile y es psiquiatra. Él me ha contado, de manera privada, el caso de un bipolar chileno que está lleno de tremendas paradojas psicóticas. Me sé granparte de la vida y las obras de este personaje. Por respeto a la palabra dada a mi cuñado, por conciencia social, porque creo firmemente que todos los seres humanos (sano o enfermos) deben tener el derecho a la dignidad (aunque en este caso este señor eso lo olvida precisamente porque está enfermo y no entiende bien cuando se encuentra en períodos de crisis fuertes) y, sobre todo, por misericordia cristiana y ética humana (o las dos cosas a la vez) no voy a decir quién es ni a citar los dos nombres que utiliza en Internet (ya que al tener doble personalidad se cree dos personas distintas) y sólo me queda esperar a que se le pase la crisis y vuelva a la normalidad (soportando todos sus absurdos comentarios e incluso insultos) y pedirle a Dios que tenga piedad de él. Supongo que, si sigue en estado de crisis, continuará insultando y haciendo críticas absurdas.

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