Dicen que nos componemos físicamente de cabeza, tronco y extremidades. Pero son cuatro los componente físicos de los humanos. Falta citar la sombra. Esa materia que nos acompaña todos los días de nuestra existencia. Pensando sobre el devenir humano en el planeta podemos deducir que la cabeza es el componente físico que ha desarrollado la Filosofía, la Religión, el Pensamiento… que el tronco es quien ha desarrollado la Economía y las extremidades han desarrollado la Historia: las superiores (brazos y manos) han producido los hechos, y las inferiores (pies y piernas) han producido los movimientos históricos (en otras palabras las causas y las consecuencias). Pero ¿La sombra?.
¿Qué ha desarrollado la sombra?. La sombra es al cuerpo humano lo que la Literatura es a la Humanidad. Literatura: sombra compañera de ideas, pensamientos, hechos, acontecimientos, evoluciones e involuciones humanas. Esa sombra que, con el sol, podemos comtemplarla, leerla, aprenderla… Esa sombra que, con la luna o con la luz eléctrica, podemos analizarla, intepretarla, aprehenderla… Esa sombra que, en la más completa oscuridad no desaparece (como muchos creen) sino que se introduce y se cobija en nuestro interior para impulsarnos a ser seres creativos. No nos abandona la sombra en esos momentos en que no hay sol, luna, estrellas o luz artificial sino que es entonces, cuando se introduce en nuestro interior, cuando mas activa y presente se hace. Esa sombra es la poesía, el cuento, el relato, la novela, la reflexión, el guión teatral… que, si no existiese, dejaría a la historia humana completamente vacía y sin sustancia. Si nos faltase la sombra el resto de nuestro cuerpo y nuestra Historia no existirían. Eso es la Literatura. El cuarto elemento en aparecer en la composición humana; pero el más determinante.
Nada qe ver con Platón sino todo lo contrario. Todo que ver con Jesucristo y la Verdad de Jesucristo.