El espejo y la hembra

El espejo se desnuda en un segundo en que la hembra se hace conocida a sí misma, con su vida alimentada de superficie pulida y reflejada en su rostro como mensaje espigado de símbolos. El aquí y el ahora del espejo se hacen luces en su cuerpo iluminado por los ojos de cristal y en su alma una belleza (hechizadora tras los rayos de la luna transfigurada) se perfila como centro de sus esencias. El espejo converge la figura desnuda de la hembra en un circunloquio de preguntas esenciales y el mundo parece girar y girar, volteándose varias veces sobre su eje, cuando ella perfila sus contornos y comienza a desenvolver todos sus misterios. La luna queda enamorada de la hembra que, pausadamente, empieza a vestirse y las encrucijadas de los resplandores del cristal reverberan en cada pulsación que la hembra hace de su cuerpo.

4 comentarios sobre “El espejo y la hembra”

  1. Qué grande sensibilidad hacia el espíritu interno de las hembras. Yo. como hembra, muchas veces he sentido esas encrucijadas de las que con tanto acierto y finas palabras nos hablas. Mucha elegancia expones en un tema tan conspicuo y atractivo. Te felicito una vez más por tu Gran Arte narrativo interpretativo. Un besote.

  2. Interesante perspectiva, la del espejo.

    Muy bella visión de la mujer a través del espejo.

    Por cierto, me ha recordado la frase, creo que de Kierkegaard, que dijo que la novela era un espejo al borde del camino. ¿o era la vida?

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