Sublime el fusil de Cristiano Ronaldo en la goleada a los del Zurich. Y además, allí, junto a Ginebra (que era la esposa del Rey Arturo) Cristiano, con su armadura bien reluciente, abrió el marcador con una falta directa al corazón. !Diana!. !Todo el Olimpo se alborota!. Y en esto estamos cuando llega Raúl y marca a puerta vacía. Tan vacía estaba la puerta que el arquero rival está reclamando al linier de turno. !Ha sido en fuera de juego! grita a los cuatro vientos don Leoni. !De eso nada! le responde el señor Martin Atkinson (el primer árbitro de la contienda). Y después fueron tantos los bollos a repartir que los “merengues” se empacharon de “suizos” hasta el final de la noche. Y a todo esto, para terminar mi crónica, he de decir que me acuerdo, por ilación de ideas, del antiguo “Fifiriche”.
He de decir, para levantar la memoria de algunos, que le llamaban “Fifiriche” a Mateos (del Real Madrid pero de posible origen sevillano simplemente castizo de Chamberí vaya usted a saber). El caso es que “fifiriche” significa, en lenguaje más claro, simplemente raquítico (o mejor dicho muy delgado) en las Repúblicas de Ecuador, Honduras y México. Sin embargo, en las citadas repúblicas, también se dice “fifiriche ” a una persona que se cuida mucho de su arreglo personal. Y es que Mateos si que era elegante jungando… si señor… bueno… hasta más tarde si Dios quiere.