El hombre que vivía dentro de un sombrero de ala ancha

Vivía dentro de un zapato….,no,
vivía dentro de un roble…,no,no,
vivía dentro de un sombrero de ala ancha,de esos de época,que lucian con orgullo los “Señores”de clase alta.Pasaban a su lado y todo eran elogios,-¡En qué sombrero más bonito vive usted!,-decian unos.-¡Qué morada mas distinguida!,-decian otros.
A él le encantaba esta distinción,se creia dotado de un saber estar,de una..clase distinta, de un no se qué,que realmente lo hacía especial a ojos de los demás.

Llegó una mañana,en la que no dejó de llover,llovía y llovía,el viento agitaba las ramas de los árboles como si quisiera arrancarlos sin miramientos.El hombre que vivía dentro de un sombrero de ala ancha,se decia:-Ya pasará la tormenta…en un rato dejará de caer agua.Pero el agua no cesaba,no paraba de llover…estuvo lloviendo dos dias,tres..y al cuarto,él,que muy seguro estaba de que amainaría,empezó a temer por su hogar,pues la tela estaba comenzando a deshilarse poco a poco,por la humedad.-¡Y donde voy a vivir yo!.-pensaba el,él que siempre habitó ese sombrero,-¡Ya no los fabrican así!,-¡Este sombrero es único!.

Se quedó dormido entre estas divagaciónes que le atormentaban,a él ,a él que nunca lo atormentó nada,ni aún cuando hacia tanto calor,que tenia que guardar su casa bajo la sombra,a buen recaudo del sol,para que no se derritiese la tinta de sus paredes.

Por la mañana despertó con una sensación en el cuerpo,de haber estado durmiendo en una cómoda mecedora toda la noche.Se levantó y cayó al suelo en el momento,se dió cuenta de que su sombrero se había dado la vuelta,había dormido en el forro de tela de la copa y se percató de algo más…Su bonito sombrero se estaba moviendo!, una hoja helicóptero,protegía el techo,lo había tapado en parte y no caia agua,-ya no llovía!-se alegró. Trepó hacia la hoja y miró a su alrededor,-Su hogar navegaba por el rio a rumbo desconocido!-¡Qué contrariedad!, ¡Qué será de mi!, ¡Debo volver a la ciudad,.a mi ciudad!.Y miró al cielo derrotado.
Y entonces…ocurrió,por un instante, el sol le tapó la visión y cerró los ojos.Sintió el vaivén del agua,la luz perfecta que le acariciaba el rostro,la temperatura era ideal y tenía todo lo que necesitaba con él,su sombrero de ala ancha.

-Qué me lleve el rio donde quiera…, yo,me llevo a mi.

Dedicado a todos esos hombres y mujeres piratas ,que navegan con sus sueños a rumbos desconocidos,y que llevan como bandera su intuición,una razón,un corazón y su propia calavera

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