El Kalevala es una epopeya finlandesa, escrita en 1849 después de Jesucristo, por el escritor finlandés Elías Lönnrot, compuesta por cantos y pemas populares recopilados por éste autor de los bardos populares. Elías Lönnrot había nacido en Samatti, en el año 1802 después de Jesucristo y murió en el mismo lugar en el año 1884 después de Jesucristo. Los cantos del Kqlevala los recogió en Carelia, región del Norte de Europa, entre el mar Blanco y el golfo de Finlandia, reartida hoy entre Rusiq y Finlandia.
El Kalevala es u~ poema épico compilado por Elias Lönnrot en el siglo XIX a partir de fuentes folclóricas finlandesas, traspasadas desde las progenies más antiguas a las generaciones posteriores, o a través de las recopilaciones de las narraciones populares hechas por los rapsodas, como son los casos de Arhippa Perttunen y Ontrei Malinen, fundamentalmente en la región de Carelia. El Kalevala, como0reminiscencia y conceptualización metafísica de la generación mítica del pueblo finlandés, a la manera de los cantares de gesta medievales, como el Cantar de Hildebrando, Beowulf, las Eddas islandesas, el Cantar de los Nibelungos, el Cantar de Roldán, el Santar de las huestes de Igor o el Cantar de mío Cid, es una de las epopeyas más sugestivas y notables de Europa.
*La primera publicación corresponde al año 1835 y contenía un total de 5.052 versos, congregados en 32 poemas. La reproducción final corresponde a 1849, cuando se publicó en toda su extensión actual de 23.000 versos y 50 poe}as. En su labor meticulosa de rucopilación y recomposición, Elias Lönnrot logró acopiar versos provenientes de diferentes fuentus, tanto subjetivas como territriales. Para ello recurrió a trovadores, narradores, o al examen de la tradición oral en diversas regiones de Finlandia, especialmente en la zona de Carelia. Lönnrot, en su trabajo de recopilación, acopló y relacionó diferentes testimonios e historias para dotar a la obra de una mejor estructura narrativa. Al mismo tiempo disminuyó la cantidad de personajes y concentró los lugares donde se desarrollan los sucesos. De esta manera logró una mayor coherencia y concreción de estq obra cumbre de la mitología y folclore de Finlandia. La leyenda, el mito y la evocación poética se enlazan perfectamente en el Kalevala, erigiendo un mundo habitado por héroes de carne y hueso, que oscilan entre lo humano, lo divino y lo esperpéntico. Por eso los actos de los personajes del Kalevala están plagados de extravagancias y deslices humanos.
Väinämöinen, es un rapsoda excéntrico marcado por el desenfrenado amor que siente por la doncella de Pohjola; mientras que Lemminkäinen, es el galán que afronta desafíos y desgracias con un marcado desatino; de manera que en sus correrías épicas deja en evidencia su clara ingenuidad de mortal. Lo mismo ocurre, de un modo figurativo, con el pastor Kullervo, que entre andanzas y algaradas es el héroe trágico en este universo cerrado, con un irrefrenable ímpetu de vida, pero condicionado por un sino de eterno perdedor. Ilmarinen, es un personaje de genitura repentina, ya que después de unas horas de ser parido, por la doncella Iro, (Iro-neito); al día siguiente, ya está convertido en un herrero capaz de crear el sampo, un virtuosismo maravilloso que semeja un molino mágico. De todo estos héroes estrafalarios, Joukahainen es el más ingenuo de todos, ya que está dispuesto a ponerse permanentemente a prueba, y así, lo hará, en un momento, al desafiar a Vainämoinen en un tanteo de sabiduría que sabe que perderá desde el comienzo. Finalmente, Ukko es el dios superior y todopoderoso, entreverado con estas figuras semidivinas, pero apoyado por otras omnipotencias menores, como Tapio, dios de los bosques; Hiisi y Lempo, del mal; o Tuoni, de la muerte, que no le facilitarán su tarea celestial, sino que se la harán embarazosa y paradójica.
Los últimos versos de la obra en castellano (traducidos por Joaquín Fernández y Ursula Ojanen) son: “Ya está el camino señalado / se abre una nueva senda / ante cantores más ilustres, / bardos más ricos en canciones / entre los jóvenes que crecen, / entre la estirpe adolescente”. En el texto original finés: “Vaan kuitenki kaikitenki la’un hiihin laulajoille, / la’un hiihin, latvan taitoin, oksat karsin, tien osoitin. / Siitäpä nyt tie menevi, ura uusi urkenevi / laajemmille laulajoille, runsahammille runoille, / nuorisossa nousevassa, kansassa kasuavassa”.
El Kalevala es. por tanto, el poema finés más famoso de su país. Una composición de fragmentos recitados por los bardos carelios que realizó Elías Lönnrot en 1835. La edición ampliada de 1849 comprende 50 cantos (runot), que totalizan 22.795 versos octosílbaos de ritmo trocaico (a veces dactílico y pírrico), destinado al canto y con abundancia de recursos típicos de esta transmisión (aliteraciones y paralelismos). El Kalevala desarrolla una cosmologçia unitaria y monoteista, de raíces cristianas, que ocupa la primera parte del poema en el nacimiento del héroe principal, el bardo Väinämöinen; la trama fundamental, sin embargo, narra las peripecias de la conquista de la región del Norte (Pohjola) por la región del Sur (Kalevala), introduciendo de ese modo a otros importantes personajes: el herrero Ilmarinen (que forja a Sampo, objeto mágico que dará prosperidad a Pohjola); el aventurero Lemminkäinen; el cazador Joukahainen y el siervo Kullervo, procedentes de los diferentes ciclos épicos que integran el poema. Surgido en un significativo momento de la conciencia nacional finesa, el Kalevala alcanzó un éxito extraordinario e inspiró numerosas obras como la tragedia “Kullervo” (1864) de Aleksei Kivi; los cuadros de Gelen-Kallela y varias obras sinfónicas y corales de Sibelius. Por otro lado, influyó en el poema nacional estonio “Kalevipoeg2 (1857-1861).
El primer gran escritor finlandés fue este llamado Elías Lönnrot, que era hijo de un sastre aldeano y recorrió a pie todo el país, contactando con los bardos loulajet, transcribiendo el repertorio de éstos. El Kalevala. según Larin Paraske dijo en 1904, se compone de jasta 1.300 poemasrecogidos en 32 cantos y 12.ooo versos. La fecha de su publicación, eñ 28 de febrero de 1835, es desde entonces conmemorada como fiesta nacional. En 1849, Lönnrot lanzó una segunda edición más completa, con 50 cantos y 22.795 versos.
Los personakes, como Lemminkaïnen, el “don Juan” finalndés: Ilmarinen, el herrero, Väinämöinen, el brujo-poeta, intervienen en diversas aventuras, enfrentado a Kalevala. o país de Kalev, y Pohjola, el Gran Norte. En el Norte unas veces hostil y otras más amable, reside una hermosa joven que se casará con quien sepa forjar el Sampo, misterioso objeto mágico que proporciona la prosperidad. Ilmarinen, el hombre de acción, lo conseguirá al fin y, después de su muerte, los hombres del país de Kalev intentsrán reconquistar el Sampo, perod e él sólo pueden encontrar fragmentos.
En el marco de esta búsqueda de la felicidad, caben todas las formas poéticas épicas, líricas, incluso cómicas, y su forma es harto singular. Principia así el poema: “He aquí que me asaltó el deseo / y me vino la idea a la mente / de comenzar a recitar / y articular palabras sagradas, / de entonar el canto de la familia, / los antiguos relatos de nuestra raza, / las palabras se funden en mi boca / vuelan de mi lengua, / se disipan entre mis dientes”. Los versos son àreados en que se repite la misma idea, una especie de paralelismo. Los bardos cantan respondiéndose mutuamente. A decir verdad, el Kalevala, es más interesante que emocionante. Nos introduce en un mendo rudo, más primitivo que el de ninguna otra epopeya europea, y más extraño también. Este mundo es precisamente el que se halla en “Los siete hermanos”, de Alexis Kivi.
El Kalevala fue escrita por el ya citado Elías Lönnrot, que fue de profesión médico. Entre todos los eruditos de Finalandia, empeñados en coleccionar las poe´sías y leyendas populares del paçis en el siglo XIX, el fue el que llegó a un resutlado práctico y, en 1834, presentó a la Sociedad de Literatura finalandesa una colección de runas con un total de 5.000 a 6.000 versos. La palabra runa viene del antiguo nórdico rûn, en plural rûnar, que significa letras, ciencia, secreto, misterios. consejo secreto que da magia a cada uno de los caracteresque empleaban en la escritura los antiguos escandinavos.
Elías Lönnrot (Samantti, 1802-1884) se estableció como médico en Kajaani, y entre 1835 y 1862 fue profesor de Lengua y Literatura finlandesa en Helsinki. fruto de su paciente búsqueda y recopilación de fragmentos de la antigua poesia popular fue la composición del “Kalevala” (1835). Publicó también “Kanteletar” (1840), “Proverbios populares finalndeses” (1842) y “Antiguos cantos mágicos del pueblo finlandés” (1880
). Con su obra contribuyó a estabilizar y depurar la lengua finlandesa.
Elias Lönnrot (9 de abril de 1802 – 19 de marzo de 1884) filólogo finlandés y recopilador de poesía tradicional oral finlandesa. Se le conoce especialmente por haber compuesto el Kalevala, poema épico finlandés basado en una recopilación de obras poéticas de las tradiciones orales de Finlandia y de Carelia. Se le considera el “segundo padre de la lengua finesa”, tras Mikael Agricola, traductor al finés de la Biblia. Los botánicos lo recuerdan por haber escrito el primer texto en idioma finlandés Flora Fennica – Suomen Kasvisto en 1860; haciéndose famoso por Escandinavia, ya que fue el primer texto científico no en latín. El segundo, versión ampliada, fue en coautoría de Th. Saelan, y publicado en 1866.[1] Flora Fennica es el primer trabajo científico publicado en finlandés (en vez del latín). Además, esa obra incluía muchas notas de usos vegetales y descripciones de flores y hojas.
Termino aclarando quiénes eran los bardos: Un bardo, en la historia antigua de Europa, era la persona encargada de transmitir las historias, las leyendas y poemas de forma oral además de cantar la historia de sus pueblos en largos poemas recitativos. Su trabajo era por lo normal ambulante, contando sus historias ante distintos públicos, con el objetivo de que no se perdieran; eran auténticos almacenes de la historia comunitaria, transmisores de noticias, mensajeros e incluso embajadores entre distintos pueblos.
La palabra es un préstamo del Proto-Céltico “bardos” o “gwerh”: “to raise the voice; praise”, específicamente, de como se hablaba entre los celtas de Irlanda, entre quienes se consideraban casi sagrados e inviolables, estando exentos de contribuciones y del servicio de las armas. Se destacaron también entre los Galos y galeses, y, con una tradición diferente, en los países de escandinavia, donde se los conocía como skald. La elevación a la posición de bardo se verificaba todos los años en una competencia a los que asistían los principales bardos del país. Vestían de azul a diferencia de los druidas que lo hacían de blanco.
Esa tradición de competencias anuales todavía persiste en festivales, el más famoso de los cuales es el Eisteddfod Nacional del país de Gales (que es parte de un ciclo de “Eisteddfodau”) In Irlanda se tienen los Fleadh Cheoil (pronúnciese Fla-ji-oil) y en Bretaña, el Kan ar bobl
Ejemplos históricos y legendarios de bardo incluyen a Alan-a-Dale, Will Scarlet, Amergin y a Homero. De hecho, cada cultura tiene su narrador de historias o poeta, ya sea llamado bardo, skald, juglar (éste nombre es ya de la Edad Media) o de cualquier otra forma.
Más tarde el término se aplicó a cualquier poeta e incluso músicos itinerantes. Un buen bardo debía ser de lengua ágil, corazón ligero y pies veloces (cuando todo lo demás fallaba).
Los bardos irlandeses formaban una casta hereditaria de poetas altamente educados en la historia y tradiciones de los diferentes clanes y el país en general en adición de los requerimientos técnicos y formales del verso y el lenguaje. (por ejemplo: convenciones de asonancias, medias rimas, aliteraciones, referencias, etc.). Adicionalmente, tenían una posición oficial en las cortes, que incluía el mantenimiento de las crónicas (incluyendo textos legales) y genealogías. Como satiristas tenían el deber de cantar las alabanzas de sus empleadores e insultar a sus enemigos. Se decía que una “glam dicenn” (sátira) podía hacer que a la víctima le salieran granos en la cara. Como mantenedores de textos legales (incluyendo tratados y acuerdos) estaban llamados a dar opiniones en asunto de esas esferas. En consecuencia, era común verlos como embajadores o como enviados para resolver problemas entre reinos, etc.
Hay autores que consideran que los bardos tenían otra posición en las cortes: la de transmitir y recibir mensajes secretos. De acuerdo al “Libro de Ballymote”, uno de los manuscritos bardicos más antiguos que se conocen, solo en el primer año de sus estudios, los bardos debían memorizar más de cien códigos diferentes.
Hay que notar que en la Irlanda Medieval parecen haber habido dos grupos diferentes de poetas. El otro eran los “filid” (singular: fili). De acuerdo a textos legales del periodo, los bardos eran la clase inferior. Se alegaba que ellos no tenían ni la educación ni el lineaje para calificar en el importante papel que se ha delineado. Sin embargo se ha alegado que esta distinción entre filid y bardos (y posible pérdida de prestigio y posición de los bardos) es un invento de la Irlanda católica ya que los filid estaban más asociados con la iglesia. Es de notar que en las regiones de habla gaélicas -después de la invasión normanda- los bardos llegaron a ser los principales mantenedores de las tradiciones -y no solo poéticas- gaelicas, tradiciones que fueron posterior -aunque limitadamente- preservadas por músicos ambulantes (Ver, por ejemplo: Turlough Carolan) y otros “sabios de los caminos” (hedge schools, etc. en un periodo en el cual esas costumbres fueron paulatinamente marginalizadas. Las escuelas de bardos se extinguieron en Irlanda a medio del siglo XVII y en Escocia a principios del XVIII. Un ejemplo de este personaje aparece en los cómics de Astérix el Galo, con el nombre de Asurancetúrix.
En la actualidad son conocidos como posibles tipo de personaje a encarnar en juegos de fantasía y rol (RPG), como Dragones y mazmorras (dónde aparecen cómo equivalentes hasta cierto punto de un juglar, teniendo una gran polivalencia, y estando orientados a relacionarse con otros) ó Ragnarok Online. Beedle el Bardo escribió una serie de cuentos para niños, en la serie Harry Potter, de la escritora británica J.K. Rowling: Los cuentos de Beedle el Bardo Los bardos también aparecen en juegos tales como Fable, en los que desempeñan un papel menor cantando las hazañas del héroe. Son grandes referentes dentro de la música Metal, tal como refleja bien el grupo alemán de Power Metal Blind Guardian entre otros, teniendo canciones dedicadas a estos temas, en especial, The Bard’s Song (In The Forest) y The Bard’s Song (The Hobbit).
Hablemos ahora del significado del Kalevala. El Kalevala es el libro nacional de Finlandia, y aunque esta edición en particular le atribuya su autoría a Elías Lönnrot, otras versiones lo consideran anónimo. La verdad depende del punto de vista que se adopte, ya que Lönnrot recopiló, para escribir su obra, una serie de poemas anónimos, algunos de ellos milenarios según los expertos. Dichos poemas, hasta el siglo XIX, sólo se conocían por tradición oral, y se recitaban al son del kantele, una especie de cítara finlandesa. Si queremos verlo de esa manera, entonces, podríamos opinar que los autores del Kalevala fueron los desconocidos poetas que compusieron las obras recopiladas por Lönnrot. Sin embargo, esto no sería del todo exacto, pues éste no se limitó a ser un mero recopilador sino que, alterando algunos versos, reemplazando algunos personajes por otros, etc., dio a la obra una cierta continuidad argumental de la que de otro modo hubiera carecido, y la dividió en rapsodias al modo de La Ilíada, por la que él sentía especial admiración.
Libro lleno de giros argumentales, resumir la trama del Kalevala sería ardua tarea. Sobre el final, la parte tal vez más interesante para el lector común es probablemente la lucha por la posesión del sampo, artilugió mágico sumamente enigmático sobre cuyo significado hubo y habrá muchas discusiones entre los estudiosos. En el argumento se dice que es un molino que provee de grano, sal y oro y que fue forjado por Ilmarinen, uno de los tantos héroes del poema. Otros subargumentos puede que sean conocidos para el lector, porque en ellos se inspiró Jan Sibelius para su “Suite Lemminkainen” y para su ópera “Kullervo”. La primera de estas dos historias nos relata el viaje de Lemmnikainen, un personaje apuesto y fanfarrón, a la sombría región de Tuonela, el Inframundo de la mitología finesa, en busca de cierto cisne, algo que debe cumplir para obtener la mano de la hija de Louhi, el ama de Pohjola. Al partir hacia tan peligrosa misión, Lemminkainen deja a su madre un cepillo mágico. Cuando éste empieza a sangrar, la mujer comprende que su hijo ha muerto. No será éste, sin embargo, el fin de Lemminkainen; ya sabemos cuán fácil es volver de la muerte en la mitología y la ficción épica. En cuanto a Kullervo, su desventurada historia inspiró directamente buena parte de la historia de Túrin Turambar en “El Silmarillion”, de Tolkien; de modo que a no asombrarse si a muchos resultara familiar.
Aunque en el Kalevala se nos habla de héroes, tal palabra no tiene en esta obra el mismo significado que, por ejemplo, en Homero, ya que la palabra no designa necesariamente a aquien lleva a cabo hazañas guerreras sino, más bien, a un hombre esforzado y trabajador. Tales héroes son falibles, imperfectos, y en tal sentido se acercan a los hombres; pero a la vez poseen otras características más bien propias de dioses; así Ilmarinen, por ejemplo, forjó la bóveda del cielo y sin embargo, como tantos otros, aunque hace todo lo que está a su alcance para tener éxito en sus empresas, apela, por si no fuera suficiente a la ayuda del Dios supremo del panteón finlandés, Ukko. Curiosamente, en la última rapsodia de esta obra de ambientación pagana, y de forma un tanto inconexa con el resto, encontramos trazas del cristianismo pujante en la última rapsodia en la historia de Marjatta (la Virgen María) y Ruotus (Herodes). Esta traducción en particular viene en verso; otras se consiguen en prosa. En lo personal, encuentro más amena la versión en prosa, pero ésta que estamos tratando incluye el texto íntegro, lo que no ocurre en el caso de la versión en prosa que conozco y que comentaremos oportunamente.
No recuerdo en qué orden, en la presente versión se incluyen una interminable introducción y un no menos interminable prólogo, que en conjunto me parecen absolutamente prescindibles, aunque debo reconocerles algunos tramos interesantes.
Sigo con mis busquedas investigativas por el Internet y ahor ame encuentro con esto, de un tal Rivero: “El pasado verano escribí una reseña tardía de la edición del singular libro en Alianza Editorial. No se llegó a publicar más que en extracto, así que ahora, no menos tardíamente, la recojo aquí:b Hay textos que se pueden encuadrar –por eso de la taxonomía, o bien escurridizamente poniéndose a salvo de ella– en diferentes géneros. En el de la aventura y la fantasía tiene un lugar propio el Kalevala, que también podemos calificar de epopeya, o de repertorio mítico, o de rico granero antropológico, o de catálogo chamánico, rico tesoro de la etnología. Hoy que el mundo se estrecha y ya todo resulta conocido, las leyendas boreales de un pueblo europeo cuyo origen se vislumbra en los Urales pero que no ofrece el más familiar aspecto de los vikingos o el imaginario wagneriano de sus vecinos occidentales, han de ser por fuerza bienvenidas y, parecerán casi insultantemente exóticas. Es la novedad de lo antiguo. Como lo vascongado o lo céltico, lo finés es hoy una rareza, casi la última aldea gala de Astérix en la homogeneización galopante que arrasa a Europa y al mundo. Además, como el vascuence, ni siquiera el suyo es un idioma indoeuropeo.
Elias Lönnrot (1802-1884), un médico con vocación de filólogo de su lengua, fue el compilador de esta colección de antiguos cantos a los que acompañaba la interpretación de un instrumento, el kantele, especie de cítara de cinco cuerdas. Durante casi veinte años realizó expediciones a la región de Carelia, en el este de Finlandia (un ducado ruso por entonces), en busca de esos cantos populares transmitidos de generación en generación, y en 1849, tras un primer intento, publicó la edición definitiva, con 23.000 versos agrupados en medio centenar de cantos. Troqueo tras troqueo (ritmo que el americano Longfellow imitó en “La canción de Hiawatha”, hace poco editada en la editorial sevillana Mono Azul), Lönnrot unió, pegó, hilvanó, limó, el material disperso, y construyó este largo libro de aventuras al que añadió muy poco de su cosecha y que se lee como una sucesión de episodios mágicos, toscos, poéticos, con hazañas y amores y conjuros, periplos, incursiones, desgracias. Desfilan por aquí dioses mayores y menores, así como héroes de diversa estirpe. No falta tampoco un sabio hechicero, Väinämöinen; ni un herrero, Ilmarinen; ni un galán mujeriego, Lemminkäinen.
Comparecen también grandes personajes femeninos: Aino, la hermana de Joukahainen, que no quiere casarse con un viejo, aunque sea sabio y hechicero; la misteriosa ama de Pohjola; la madre de Lemminkainen; la doncella y presumida Marjatta (“había gastado medio umbral / con sus magníficos vestidos, / y medio dintel de madera / con sus tocados de hilo fino, / la mitad del macizo marco / con sus mangas de amplio vuelo, / y del suelo las fuertes tablas / con sus zapatos de tacón”).
Entre bosques y flechas, hachas, ruecas, hay aquí personajes muy bien dibujados, con rasgos bien propios, y el misterio de una búsqueda y viaje en pos de un objeto misterioso, el sampo, que se ha prestado, por su indefinición, a todo tipo de especulaciones. Está además el enfrentamiento primordial entre un sur (Kalevala) y un septentrión oscuro (Pohjola), en duelo de luz y sombras, a la postre una lucha entre la prosperidad y la desdicha. La naturaleza escandinava, con sus inclemencias, como escenario que ha de fortalecer a los hombres, también llega a ser protagonista del libro. Un volumen que se lee con asombro, por ejemplo, en las páginas dedicadas a la creación del mundo, que no consienten ceder un ápice de poesía o ingenuidad a la de cualquier cosmogonía amazónica o de Oceanía. Porque tenían este impresionante acervo (más muchos otros cantos que no quedaron integrados en el Kalevala), los finlandeses siempre han estado a la cabeza de los estudios sobre los relatos populares y leyendas, y han dado al mundo repertorios de escenas y arquetipos del folk-tale.
Jean Sibelius se inspiró reiteradamente en el Kalevala, así como buena parte de los compositores y artistas plásticos finlandeses. Mucho se podría decir también de cómo influyó en la construcción de la identidad finlandesa (primero bajo Suecia, bajo Rusia luego), pero aquí, más que de historia o sociología, estamos hablando de literatura y, por qué no, de entretenimiento, de encanto. Ángel Ganivet y Agustín de Foxá lo degustaron en sus respectivas estancias finlandesas (aquél llegó a escribir páginas muy incisivas sobre el Kalevala), y Alejandro Casona publicó una traducción indirecta y resumida. Tolkien, un filólogo con vocación de médico de almas, no sólo lo conoció, sino que también se sirvió de él, en parte, para modelar el mundo y los idiomas inventados de su Tierra Media. Lingüista y profesor de literatura medieval, el autor de “El hobbit” quedó deslumbrado por el Kalevala y la extraña lengua finesa, otra rareza que vino a unirse a sus nociones de islandés o galés. Para él, aquello fue “como descubrir una bodega llena de botellas de un vino extraordinario y de un gusto hasta ahora desconocido. Fue muy excitante”. “El Silmarillion” contiene muchos puntos en común con el Kalevala, y como talismán que ejerce influjo en quienes lo poseen, quién duda que el sampo y su quête como de grial artúrico, obsesionante, juegan un papel similar al del famoso anillo en su gran ciclo narrativo, hoy enriquecido con su secuela “Los hijos de Hurin”. Parece que agotado ya el contenido de ese caldero mágico del que mana su obra en forma de historias inconclusas o borradores, los lectores de Tolkien quedarán ahora un poco huérfanos, pero uno recomendaría a esos seguidores “que ya lo han leído todo” (de los suyo) sumergirse en las páginas de ésta, una de sus fuentes. Verán de dónde proceden algunos motivos de las novelas de espada y brujería que con mapas espurios y genealogías inmemoriales han saturado al arrimo de su maestro muchas estanterías con trilogías, pentalogías y reinos futuribles y olvidados durante los últimos treinta años o más. Y disfrutarán de un texto de gran calidad literaria.
Esta edición de Alianza, directa del idioma finés, y muy escrupulosa con el mantenimiento del ritmo, consta además de un perspicaz prólogo de Agustín García Calvo sobre cuestiones rítmicas, entre otras, y una excelente introducción de los traductores, Joaquín Fernández y Úrsula Ojanen, amén de un índice onomástico, muy útil para no naufragar en el relato, hundido bajo el peso de tantas diéresis como nievan sobre las vocales de los nombres.
Este mes de agosto, algunos meridionales buscaremos el Norte, su aire frío, sus prolongadas noches. Inexcusable es para quien visite el país de los mil lagos, Finlandia, leer su epopeya o codearse, aunque sea de pasada, con sus héroes. El verano es un buen momento para leer los clásicos, para sumergirse en libros extensos, como éste. No es la Ilíada, no la Odisea, pero tiene pasajes que recuerdan a esas grandes narraciones en verso”.
Sociológicamente hablando Elias Lónnrot (1802-84) fue el principal coleccionista; reuniendo versos líricos, épicos y mágicos compuso el Kalevala, que se convirtió en la epopeya nacional finlandesa y se ha traducido a muchos idiomas. Su característica es el sentido de la unidad orgánica del hombre y la naturaleza, de modo que ésta no es sólo el fondo del relato sino una parte esencial de la historia. La uniformidad estilística de la antigua poesía finlandesa es el «verso kalevala»: ocho sílabas en metro trocaico, división en pareados, y aliteración, con dos palabras al menos empezando con la misma letra. En el siglo XIX el sueco era aún la lengua oficial, y el objetivo de los investigadores nacionalistas era crear una literatura finlandesa. El éxito se debió en gran parte al Kalevala.
A veces, una moneda finlandesa se nos cuela en el bolsillo. Demos alas a la imaginación y pensemos que esa pieza de euro ha sido acuñada con la hoja de alguna espada forjada por Ilmarinen, o molida con el sampo misterioso. Dejemos que nos llegue, fresca, la brisa tan feraz del Kalevala.
Y a todo esto, ¿qué era el Sampo?. El Sampo, en la mitología finesa, era una especie de molino mágico maravilloso que producía grano, sal y oro. Su cobertura era una clara alegoría de la bóveda celestial, cubierta de estrellas; giraba en torno a un eje central que simbolizaba la columna que sujeta el mundo. Siempre rebosante e inagotable, tiene una clara analogía con el Cuerno de la abundancia (o Cornucopia). En el Kalevala finlandés, es el héroe Ilmarinen quien logra construir, en su forja, este artilugio maravilloso, en el intento de desposar a la doncella de Pohjola. El objetivo de su madre, Louhi la hechicera de Pohjola, era usar el sampo para proveer alimentos y riquezas para la gente de su tierra. Según la leyenda, los héroes del Kalevala luchan luego contra Louhi para recuperar el sampo. En el transcurso del combate en alta mar, el molino mágico es destruido y la mayor parte de él se pierde bajo las aguas. Sin embargo, Väinämöinen logra guardar algunos pedazos y luego los entierra al regreso. Estos trozos son los responsables de la prosperidad futura de la tierra de Kaleva (y alegóricamente de la de Finlandia).
El Puerto del Sampo está en Kemi, una ciudad del norte a las puertas de la Laponia finlandesa a orillas del Golfo Ártico de Botnia. Este barco se ha hecho camino a través de las duras aguas heladas durante unos treinta años, hasta que se le concedió la mejor jubilación posible- operar como una base fascinate para aquellos que deseen viajar por las aguas heladas. La unión del acero majestuoso hielo y mar es única. Venga y pruebe el Sampo en alta mar en el Ártico, cuyo esplendor varía desde la vibrante Aurora Boreal que da luz al crepúsculo invernal hasta los deslumbrantes paisajes nevados a la luz del sol del principio de la primavera.
Termino este reportaje cultural con la aportación de un dato importante: el Miércoles, 15 de Septiembre de 2010, trece artistas interpretaron en la UGR la mitología finesa de Sampo
La exposición, que se inauguró el 16 de Septiembre de 2010, a las 20 horas, en la Corrala de Santiago, con el título “Cuentos, leyendas y mitos. Visión artística de Sampo”, fue una propuesta conjunta de la Universidad de Jyväskylä (Finlandia) y la UGR.” Visión artística de Sampo”, en la Corrala de Santiago, fue una propuesta de los profesores Manuel Vélez Cea y Annika Waenerberg, después de un proyecto de investigación entre las Universidades de Granada y Jyväskylä en Finlandia. Este proyecto trató de interpretar y dar respuesta creativa a la epopeya finlandesa Kalevala y su misterioso Sampo. Una mirada desde Granada hacia las tradiciones ancestrales finlandesas, con la participación de trece artistas que la interpretan desde sensibilidades técnicas diferentes. También incluyó la propuesta experimental “Sampo en España. Relatos de Kalevala” realizada con alumnos y donde la interpretación es una visión dinámica desde el cómic con ilustraciones que sugieren otros espacios y tiempos. En noviembre se inaugura la exposición en el Museo de Finlandia Central, en Jyväskylä, para conmemorar el 175 aniversario de la epopeya de Kalevala. En el transcurso del año 2011 se exhibirá en los museos de seis diferentes ciudades finlandesas.
Y finalizo volviendo a la figura del poeta Elías Lönnrot y el significado intelectual del Kalevala: El Kalevala es posiblemente la obra literaria original más importante de la historia finlandesa, con una trascendencia absoluta en todos los aspectos de la sociedad de aquel país, desde el arte hasta el social y político. Es la obra donde se el finlandés explora su pasado más ancestral, donde ve reflejada su identidad colectiva.
La obra narra un espacio mítico de la Finlandia precristiana, donde desfilan dioses, héroes, fuerzas de la naturaleza y hechizos mágicos. Los héroes son los auténticos protagonistas, desde el bardo y mago Väinämöinen, el apuesto Lemmikäinen, o el herrero Ilmarinen hasta el anti-héroe y héroe trágico Kullervo. Pero a su vez la otra gran protagonista es la naturaleza, que no sólo es el marco sino un personaje más dentro de las leyendas que se narran.
La primera edición en español y más antigua es una versión de Alejandro Casona, publicada en Argentina en 1944. Presenta varios problemas: se trata de una traducción de una traducción francesa, no recurre al idioma original, además la versión francesa es ya una síntesis del poema, la efectuada por Charles Guyot (París, 1926). A su favor está el que no es difícil de encontrar (la edición que manejo es de la editorial barcelonesa Losada, y pertenece a su colección de “Clásicos universales), y que se hace fácil de leer por estar condensada en una prosa ágil. Puede ser una buena introducción para los que no deseen profundizar más allá de lo necesario y conocer de primera mano las historia del país de Kalevala.
La segunda versión a la que he podido tener acceso es una traducción del finés (aunque apoyada en lecturas francesas) y es completa, aunque tiene cierto proceso de adaptación. Es debida a Joaquín Fernández y Ursula Ojanen, y fue editada originalmente por Editora Nacional en 1984. El texto está vertido a versos blancos eneasílabos, lo que conlleva necesariamente cambios en los significados originales y no una traducción literal. Ciertas repeticiones y variaciones están refundidas o suprimidas. De todas formas se trata de una buena versión, con un excelente ensayo introductorio (que usaremos en extenso para hablar de la obra)
¿Tiene algún significado la palabra “Kalevala”?. cierto es que no está muy claro. En finés, la partícula -la significa “hogar, dominio, tierra, país…”. Así sería “La tierra de Kalevo”, un gigante padre de Väinämöinen (principal protagonista y conductor de la obra) y de Ilmarinen. Se ha popularizado la teoría de que su significado se corresponde con “tierra de héroes”, pero esto no tiene un origen lingüístico real. En todo caso debemos llamar Kalevala dentro de la obra al lugar donde ésta se desarrolla, pudiendo corresponder en abstracto a Karelia (región de la Finlandia histórica, hoy en día dividida entre Rusia y Finlandia), o a toda Finlandia en general.
Pero, ¿qué es exactamente el Kalevala?. trata de una serie de relatos folclóricos unidos por nexos comunes, que en origen fueron cantados, recogidos y dados forma por el médico rural, lingüista y folclorista Elias Lönnrot (1802-1884), publicados en una primitiva edición de unos 12.000 versos reunidos en 12 cantos (“runo”) el 28 de febrero de 1835 (el 28 de febrero es el “Día del Kalevala” en Finlandia, celebrado como un gran evento cultural).
La obra fue el fruto de años de viajes por Finlandia, Laponia y sobre todo Karelia, donde se situaban las raíces más antiguas del canto kalevaliano. De hecho Lönnrot tituló esta edición “Kalevala o viejos poemas de Karelia sobre los tiempos remotos del pueblo finlandés”.
En 1849 realizó una segunda y definitiva revisión, titulada simplemente “Kalevala”, en 22.793 versos divididos en 50 runo. Esto supuso la consagración de Lönnrot e inició un largo camino hacia la inmortalidad de la obra. En 1850 se convirtió en el fundador de la Cátedra de Lengua y Literatura Finlandesa de la Universidad de Helsinki, siendo la primera vez que se impartía clase en la lengua del pueblo. Lönnrot amó profundamente la lengua finesa, y fueron otras muchas sus recopilaciones, de las que destaca el Kanteletar (“La doncella del kantele”, 1840).
La obra fue pronto muy popular, y tan pronto como en 1862 se creó una reducción para uso escolar (esa es la forma en la que Sibelius se encontró por primera vez con el texto, en su escuela finesa de Hämeenlinna).
Por tanto Kalevala es la obra publicada en el siglo XIX. Otra cosa es remontarnos a los “cantos del Kalevala” recogidos por Lönnrot y vivos aún a principios del siglo XX, que pertenecen al folclore musical y literario. Pero de esto hablamos más adelante.
¿Quién escribió el “Kalevala”, Lönnrot o el pueblo finlandés?. Difícil cuestión, ya que ambas son correctas y a la vez ninguna de las dos. Lönnrot apuntó a lo largo de sus numerosísimos viajes cientos de cantos populares con la idea de reconstruir una hipotética epopeya nacional. También se basó en colecciones de otros pioneros folcloristas. Pero lo cierto es que sólo alredor de una tercera parte de la obra está volcada sin modificaciones, a lo que hay que añadir un 3% de los versos como originales de Lönnrot.
El folclorista pretendía, como hemos dicho, reconstruir la “época kalevaliana” bajo una idea romántica, lo que hizo que realizara un ardua labor de edición. Lonnröt reunió elementos dispares y los dio cohesión en un trabajo que hoy no pasaría los criterios académicos.
Más bien se puede decir que Lönnrot construyó una epopeya a través de fuentes populares. Y la construyó orientándola a determinados puntos, por ejemplo, hablando de un conflicto entre Pohjola, la Tierra del Norte, hogar de la bruja Louhi y Kalevala, la tierra de Väinämöinen, pretendiendo emular la guerra entre griegos y troyanos de la Iliada. Ello le supuso superponer algunos materiales de origen distinto y no compatibles en sí, a veces incluso repitiendo variantes de un mismo canto para ser sincrético. Para salvar estas disparidades, Lönnrot se ve obligado a crear él mismo versos de transición, aunque sólo los especialistas sabrán detectarlos.
Hay por tanto un trabajo esencial de Elias Lönnrot en el Kalevala, aunque la materia prima es fundamentalmente folclórica.
¿Es el Kalevala una epopeya, tal y como se suele denominar?. No. En la mentalidad romántica de Elias Lönnrot era en efecto su propósito recrear una epopeya semejante a la Iliada o a la Odisea cuyos restos aún no se habían borrado. Sus contemporáneos creyeron que en efecto Lönnrot había logrado reconstruir una obra literaria arcaica, así como las generaciones posteriores (Sibelius así lo estimaba también).
Pero lo cierto es que hoy en día no se cree que haya existido ningún ciclo heroico, sí diversas leyendas que compartían un mismo ámbito mitológico, aunque no del todo definido en origen. Ninguno de los cantos que se encontraban en el folclore tenía más de 400 versos, así que era difícil pensar en que hubiera historias más largas que un runo del Kalevala.
Tras la cristanización de Finlandia los viejos relatos paganos sobrevivieron en parte disfrazándose como relatos populares de hombres ingulares, humanizándose aún más tras la llegada de la Reforma, que persiguió los abundantes restos de paganismo. No obstante en muchas ocasiones asoman los antiguos dioses (Ukko, Tapio, Tuoni…), personificados. Puede incluso que algunos de los héroes tengan su origen en dioses, pero en cualquier caso no aparecen como tales. Menos disimulados aparecen las deidades menores, como Ilmatar /Luonnotar, madre de Väinämöinen e hija de la Naturaleza o Kivutar, ayudante de la Muerte que aliviaba enfermedades. Pero tampoco puede descartarse que muchas tradiciones sean puras invenciones de antiguos bardos con intención simplemente literalia.
En cualquier caso todas las figuras se han humanizado. Es un mundo de campesinos, pastores, herreros y cazadores, a veces más semejante a un cuento clásico que a un relato épico. Pero siempre acaba por asomar lo fantástico, la magia siempre está presente, ya sea a través de la búsqueda del Sampo, ese objeto indefinido cuya obtención traerá la riqueza, o cuando animales, plantas u objetos hablen, o través de los hechizos de Väinämöinen.
Además de estas leyendas de trasfondo mitológico encontramos en el Kalevala otras formas inmersas en la dirección épica de Lönnrot: canciones, pequeñas fábulas, cuentos incluso, fórmulas recordatorias, refranes y hasta hechizos mágicos.
No es el Kalevala por tanto una epopeya, quizá sería más adecuado de hablar de leyendas entrelazadas, unidas por un trasfondo común. Tampoco es correcto decir que el Kalevala “es la mitología de Finlandia”, sino que habría decir con propiedad que se puede inferir una mitología de ella.
Son muchos los temas que suscita el Kalevala. Mañana intentaremos ceñirnos a un par más de los más importante. El post que siga a ese hablará sobre la historia completa de Kullervo, y el siguiente sobre el Kalevala en la obra de Sibelius.
Estas últimas consideraciones sobre El Kalevala y Lönnrot se encuentran publicadas en Internet por un erudito en la materia. Falta por último señalar el aspecto psicológico de El Kalevala. Encuentro lo siguiente: “Lemminkäinen es, junto con Väinämöinen y Kullervo uno de los tres protagonistas principales del Kalevala. Puede ser tenido como prototipo del héroe más luminoso, frente al trágico Kullervo o el meditativo Väino. Es también el más dionisiaco, el más voluptuoso, el más irreflexivo e impulsivo, aristocrático y arrogante…
Comparte con Väinämöinen su condición de mago, pero este aspecto no es tan evidente como en el caso del viejo cantor. El aspecto predominante en Lemminkäinen es el heroico: un héroe bravucón y primario, presto siempre a comprometerse en el uso de la fuerza antes que tener que recurrir a la hechicería. En su temeridad e indisciplina existencial es similar a Kullervo, pero mientras el hijo de Kalervo está dominado por un destino trágico e inexorable, Lemminkäinen domina su voluntad de poder, su capacidad de someter al mismo destino. Y aunque hay cierta fatalidad en el héroe luminoso también – sus máximas aventuras siempre acaban fracasando y Lemminkäinen debe volver siempre a casa – al representar un carácter positivo y sin maldad ontológica, es capaz del acto completamente libre.
Pero sus actos traen consecuencias, y ahí estará la madre (la voz de la comunidad frente al individualismo) para advertirle y acogerle en su seno. Los actos más malvados de Kullervo le conducen a la desgracia: cuando rapta a una muchacha, la somete brutalmente y la seduce con riquezas. Entonces el destino le golpea, ya que resulta ser su hermana. Cuando Lemminkäinen rapta a Kyllikki no la fuerza, y ambos llegan a un pacto del que resulta un matrimonio. La moraleja es clara: las cosas resultan bien aunque empiecen mal si se hacen de acuerdo a las normas.
Los expertos en mitología han propuesto al personaje tradicional como una mezcla entre la figura de un chamán fino-ugrio y un héroe indoeuropeo – frecuentemente se habla del Bladr escandinavo como una de esas fuentes -. Como chamán tendría acceso a los secretos de la magia de la tierra, a sus fuerzas oscuras y ocultas, como héroe solar es fuerte y aguerrido, sin malicia per se (aunque sus inconscientes actos lleven implícita cierto comportamiento antisocial). Esta fusión se corresponde muy bien con las raíces profundas del pueblo finlandés, entre las ancestrales poblaciones fino-ugrias y el aporte sueco desde tiempos medievales.
Un último estrato de Lemminkäinen es el de “trickster”, término del estudio mitológico que designa a un dios o personaje del mundo invisible burlón y lleno de recursos, como el Loki escandinavo o el Hermes griego. Sus aventuras bajo este paradigma están dirigidas a la conquista del sexo opuesto, siempre con un gran éxito. Desde luego puede haber una herencia de mitos de la fecundidad, aunque también posible que en Lemminkäinen subyagan historias folclóricas de seducción de carácter más humorístico: el joven e irrefrenable amante que aprovecha la oportunidad para seducir a todas las mujeres si el buen marido no guarda bien su propia casa…
Los estudiosos de mitología comparada encontrarán gratificante la resonancia de las historias de Lemminkäinen en otros mitos lejanos. El descenso a los infierno es un mito primordial en muchas culturas, oculta una simbología acerca de la muerte, el nacimiento-renacimiento y el ciclo de las estaciones (el paso del invierno a la primavera), primordial en el norte de Europa. La versión más conocida de toda esta estructura mítica es la griega: Deméter en busca de su hija Perséfone en el Hades, y la promesa del dios de los infierno de liberarla en la primavera.
Otra resonancia, esta más sorprendente, es la que se puede establecer entre el descuartizamiento de Lemminkäinen y posterior reconstitución y resurrección por parte de su madre, con el mito egipcio de Isis y Osiris: el hermano envidioso, Seth, asesina a Osiris y divide su cuerpo en trece trozos, que reparte a lo largo del Nilo. Isis reúne los pedazos – excepto el pene, que debe suplir – y vuelve a la vida a Osiris, con el que concibe a Horus.
¿Hubo algún contacto entre ambos pueblos o se trata de una casualidad? ¿Es un mito universal? No es imposible, aunque muy improbable, la posibilidad del contacto, si bien el trasvase de historias pudo ser muy tardío, en la Edad Media o en la Moderna y por fuentes escritas. No olvidemos que el Kalevala es una recopilación de comienzos de siglo XIX, y no es muy extraño que una fuente literaria culta haya revertido en el folclore (por ejemplo, romances medievales españoles sobre algún episodio de epopeyas homéricas).
En el pasaje primordial de la historia de Lemminkäinen, en su primer ciclo, podemos observar la importancia vital que tiene la madre. Aunque curiosamente no se cita nunca su nombre es un personaje clave, que supera en sabiduría e incluso en poder al propio héroe. Ella, también hechicera tiene la habilidad de encontrar a su hijo en las condiciones más difíciles, ya que yace en Tuonela, y hasta del hecho supremo, resucitarlo. También es capaz de avisar, incluso de predecir los males que acecharán al arrogante hijo, y siempre aconseja con gran sabiduría y tino.
La figura de la madre, junto con la de la bruja Louhi (aunque ésta última en sentido negativo), es un eco de la antigua sociedad matriarcal que guiaba la vida de los ancestros de los actuales finlandeses, donde la mujer tenía una posición dominante a la del hombre. El hecho de que exista esa intervención como resucitadora (quien dio vida puede volver a hacerlo porque es poderosa) la convierte en el reflejo de una antigua diosa-madre. Y en cualquier caso muestra como en la sociedad popular de aquella Finlandia que recogió Elias Lönnrot la figura de la matriarca era aún muy importante: ella es quien soluciona los problemas, es la voz de la tradición y la sabiduría de la vida.
El nombre de Lemminkäinen contiene la raíz “lem-“, traducible como “amor” o “encantador”. Podría traducirse libremente como “el amante”. Elias Lönnrot utiliza otros nombres en el Kalevala para el héroe, aunque parece que esto es responsabilidad del autor, no de sus fuentes folclóricas, fusionando historias de diversas procedencias. “Kaukomieli” se traduce, también muy libremente, como “el que gusta mucho”, lo que bien se adecua a nuestro seductor.
Un caso muy distinto lo constituye el nombre de Ahti, con un origen distinto al del héroe: se trata de un dios de la mitología finlandesa, el dios del agua y del mar, el Poseidón fino-ugrio. Muy posiblemente Lönnrot insertó algún pasaje folclórico protagonizado por la divinidad popular, en especial lo relacionado con las islas (y las doncellas), su actividad como pescador (Ahti es de hecho el dios de la pesca también) o la construcción de barcos.
Recorriendo las aventuras de Lemminkäinen, ciertamente una parte muy extensa del Kalevala, podemos descubrir las técnicas de unificación de materiales diversos por parte de Elias Lönnrot. Es evidente que ambos ciclos son historias distintas y en principio incompatibles, ya que ambas cuentan con un final absoluto en el que el héroe vuelve escarmentado a casa. En el segundo ciclo, en torno a la pelea con el amo de Pohjola, podemos detectar una historia que se nos ha sustraído, la del padre de Lemminkäinen, que fue a la guerra y no regresó. ¿Existió esa historia en el folclore? ¿O la introdujo Lönnrot en otro pasaje, por ejemplo, la historia de Kalervo, padre de Kullervo y su guerra con Untamo?
Curiosamente, la historia del Lemminkäinen seductor de la doncellas de una isla aparece en dos ocasiones (cantos XVI y XXIX), con notables semejanzas. Quizá ambas historias fueran la misma en origen, más que una repetición poética – habitual en el Kalevala -, diversificadas durante su recorrido en la tradición oral. Y sin embargo la repetición se convierte en un vínculo de unión entre ambos ciclos. ¿Eran distintos o realmente se habían separado e independizado hacia muchas recitaciones?
En cuanto a la historia del Sampo, Lemminkäinen se ha integrado dentro de una historia que realmente protagoniza Väinämöinen. ¿Es un añadido también de Lönnrot? Es posible, pero lo cierto es que la personalidad “trickster” del héroe se manifiesta bien, por lo que ese añadido bien pudo provenir del propio folclore.
En estos ciclos del Kalevala vemos plenamente los distintos sustratos de la mentalidad religiosa y mitológica de la tradición en Finlandia, ya que conviven sin gran desacuerdo las creencias paganas y las cristianas. La madre invoca a todas las deidades posibles, incluyendo el sol y la luna, pero es finalmente Jumala, el dios creador, quien le atiende. Este dios era en principio un dios pagano, lejano y superior en rango a los demás dioses, más cercanos y que interactuaban con el hombre. Pero tras la cristianización de Finlandia se identifica con el Dios cristiano, lo cual vemos muy nítidamente en el pasaje correspondiente del Kalevala, donde se describe un cielo al estilo monoteísta. El resto de las deidades se convierten en fuerzas intermedias y próximas, espíritus de la naturaleza principalmente. Esta convivencia entre ambos sistemas de creencias era cotidiana entre la población más rural aun en la época de los viajes en busca de cantos de Lönnrot, pero representaba un minoritario vestigio del pasado en su mentalidad.
En cualquier caso el transfondo de la historia es claramente pagano. Lemminkäinen es una personificación del amante y del guerrero, su madre la voz de la tradición y la sabiduría, y el acto salvífico de las negras aguas de Tuonela la personificación de la redención por amor y el renacimiento de la luz a la oscuridad, del invierno al verano, de la muerte a la vida y al amor.
¿Qué atrajo del personaje a Jean Sibelius? Durante su época más karelianista (1892-1897) nuestro compositor acomete el Kalevala con una carga fundamentalmente intelectual, identitaria, nacionalista y estética: el Kalevala es la herencia de la Finlandia ancestral. Así continuó durante toda su vida, aunque sus búsquedas musicales fueran más allá después de este periodo. “Kullervo” opus 7 recogía una historia única e impactante, con una penetración psicológica más próxima a la tragedia griega que a una simple leyenda popular. Pero Sibelius no se siente necesariamente reflejado en el personaje o en la historia. Ha escogido representar con su música una historia que cantaban sus antepasados, dar forma nueva a los viejos versos.
Cuando, tras ese magistral “Kullervo” decide abordar la composición de una ópera, un drama musical basado en Väinämöinen, “Veneen luominen” (“La construcción del barco”), introduce muchas variaciones a la trama del Kalevala, hasta el punto de que la historia cambia en muchos sentidos completamente. A pesar de que el trabajo no será completado nunca, se puede considerar la única vez que nuestro músico escoge una historia del poema de Lönnrot para luego introducir cambios significativos. ¿Por qué?
Sin duda allí entró en primer plano su propia subjetividad. Sibelius se siente reflejado en el amor que rompe barreras de Väinämöinen. Por ello Väinämöinen se convierte en un joven entregado a su lucha por la inalcanzable Doncella de la Luna, Kuutar. Tras sortear innumerables peligros, incluso en el reino de la Muerte, consigue conquistar a su amada. Nuestro músico, con esta versión de la historia, ha relatado su propio amor por Aino que, sólo tras muchos años de lucha (incluyendo las largas ausencias en Berlín y Viena, y tras el éxito de “Kullervo”, que lo ha convertido en el compositor nacional) se convierte en su esposa,.
La llamada “crisis wagneriana” hará tambalear el proyecto, y nuestro autor se aproxima a otros argumentos diferentes. Aquel verano de 1894 piensa en una ópera con temática realista, alejada de las brumas mitológicas del Kalevala. Pero también incluye sutilmente apuntes sobre su propia vida amorosa: “está situado en el siglo XVII. Un joven estudiante se promete a una chica campesina. Se marcha al extranjero y allí ve a una mujer bailando de la que cae enamorado; él es infiel. A su vuelta describe el baile y a la mujer tan vívidamente que su novia sospecha lo que ha pasado y la pena incide en ella. Sin embargo se encuentran más tarde en el bosque. En el último acto él se topa con una procesión fúnebre y se da cuenta que es su novia la que va a ser enterrada”, describe el propio Sibelius a Aino desde Alemania. En esta sinopsis nuestro autor está hablando de sus propios escarceos de la época final de estudios en Alemania y Austria, incluso a su regreso a Helsinki, infidelidades que parece que acabó confesado a su prometida antes del matrimonio.
El año siguiente Sibelius ha abandonado estos planes operísticos, pero de alguna manera se han integrado en su nuevo proyecto, Lemminkäinen opus 22. Muchos compases de “La construcción del barco” acaban constituyendo temas del ciclo de poemas sinfónicos – según describe el propio autor El cisne de Tuonela proviene directamente de su obertura -.
Pero ambos proyectos no realizados también se reflejan en la propia historia que inspira la nueva música: Lemminkäinen seduce a multitud de mujeres en los bailes de la isla mientras su mujer y su madre permanecen a la espera. También como Väinämöinen – el del Kalevala y el del proyecto de Sibelius-, Lemminkäinen debe superar las pruebas más duras para lograr a su pretendida (con la misma aventura hacia Tuonela). Lemminkäinen retorna a casa tras sus escarceos, donde le espera su fiel madre y su esposa. La fidelidad es el final de la historia como en “Veneen luominen”, no como en el proyecto verista, que incluye mucho de castigo autoinfligido.
Otro rasgo de la personalidad de Lemminkäinen también está presente en la psicología de Sibelius: el padre ausente. Como el héroe del Kalevala, nuestro músico es criado por mujeres, en el que predomina el amor a la severidad. Como Lemminkäinen, nuestro compositor es atraído por el sonido de la “batalla”, por las aventuras, por la vida disoluta, pero siempre acaba regresando a casa, a los lugares de la infancia.
Es su carácter heroico uno de los que más presente tiene Sibelius a la hora de escribir esta obra. El músico ve en el personaje casi un prototipo nietzschiano: “pienso que nosotros los finlandeses no nos debemos avergonzar y mostrar más orgullo de nosotros mismos. […] ¿Por qué deberíamos avergonzarnos de nosotros mismos? Este es el sentimiento subyacente en El retorno a casa de Lemminkäinen. Lemminkäinen es justamente tan bueno como el más noble de los nobles. Es un aristócrata, ¡sin duda un aristócrata!”, según afirmaba en una entrevista de 1921.
Multitud de elementos convergen en este magno proyecto, y sin duda alimentaron su magistral partitura. Un mito profundo que se convierte en toda una obra maestra de la historia de la música”. Se articulan cuatro poemas sinfónicos basados en episodios protagonizados por Lemminkäinen, uno de los principales personajes del Kalevala el gran poema épico redactado a partir de fuentes populares por Elias Lönnrot.
Los títulos de cada poema sinfónico son los siguientes: “Lemminkäinen y las doncellas de la isla”, “El cisne de Tuonela”, “Lemminkäinen en Tuonela” y “El retorno al hogar de Lemminkäinen”.
Y termino mi Reportaje Cultural sobre “El Kaivala y Lönnrot” narrando la historia resumida de la obra (que encuentro en otro textos de Internewt): “Lemminkäinen – también llamado Ahti y Kaukoniemi – es un joven fuerte y apuesto que creció a la orilla de un amplio golfo junto con su amada madre. Su único defecto era su predilección por las doncellas. Kylliki, la flor de Saari (“la isla”), es precisamente la doncella que más ambiciona: la pretenden todos los hombres, incluso los hijos del Sol, la Luna y la Estrella. Pero ella. Convencida de su belleza y alto linaje, rechaza a todos sus pretendientes.
A pesar de las advertencias de su madre, que avisa de que se burlarán las mujeres de Saari, el bravucón Lemminkäinen decide ir a la isla. Allí las palabras maternas se cumplen, pero Ahti decide instalarse como pastor. Así cumple su tarea por el día, mientras por las noches visita las fiestas, donde seduce a todas las muchachas. Tan sólo la bella y orgullosa Kyllikki se le resiste.
Una noche la hermosa virgen acude a un baile con otras doncellas. Sin dudarlo el bravucón Lemminkäinen decide raptarla y montarla en su trineo, amenazando al resto de las muchachas para que nada contaran.
Kyllikki llora y teme ser forzada, pero no actúa así Lemminkäinen, que desea mostrar que aún no siendo de alto linaje su nombre será importante. Impresionada por su temperamento, la doncella pone tan sólo una condición para el matrimonio: no debe ir jamás a la guerra.
Kaukoniemi le pone también una condición a ella: no debe nunca acudir a los bailes de la aldea. Entonces ambos regresan a la casa de la madre de Lemminkäinen, muy orgullosa de su futura nuera. Y pasan los días, y una tarde en la que su marido aún no había regresado, Kyllikki acude a un baile. Terriblemente enfadado, Lemminkäinen decide abandonar el hogar e irse a la guerra a Pohjola, a pesar de los ruegos de su mujer y los augurios de su madre, que le previene de los peligros del norte, en especial el de los poderosos hechiceros. El alocado muchacho pronostica que cuando esos peligros consigan matarle, manará sangre del cepillo con el que peinaba sus cabellos.
Lemminkäinen cogió su espada, templada en la fragua de Hiisi, el demonio, y desafiando a todos los peligros emprende su viaje, montado en su caballo. Al llegar a una aldea de poderosos magos decide enfrentarse furtivamente a ellos, y haciendo gala de sus más poderosos cantos mágicos, hechiza a todos los hombres, jóvenes y viejos, acabando con la amenaza. Tan sólo a un viejo pastor deja sin embrujar, repugnado por su aspecto. El pastor, al que Lemminkäinen insulta duramente, decide huir, pero su rencor le hace permancer al acecho para cuando el héroe dejara Pohjola.
El osado joven llega al Reino del Norte, donde solicita a la Bruja la mano de su hija. Louhi, ofendida, decide ponerle una prueba imposible: cazar el cisne del demonio Hiisi. Con unos magníficos esquíes va en busca del animal, pero éste, advertido por los trasgos de Hiisi, huye. Pero el valiente héroe lo alcanza, si bien consigue escaparse, burlándose de la presunción del joven. Entonces Lemminkäinen decide emplear sus conjuros de cazadores, invocando al dios del bosque, Tapio, y a todo el clan divino de la floresta. Así, las criaturas del bosque provocan al alce para salir de su escondite, y el héroe lo atrapa finalmente.
La dama de Pohjola ordena una segunda prueba: embridar al potro de Hiisi. De nuevo la cacería es dura, y Ahti acude al hechizo, esta vez dirigido a Ukko, señor del cielo, que hace granizar sobre el caballo. Domado el corcel, Louhi comunica a Lemminkäinen una última prueba: matar al cisne de Tuonela con una sola flecha, el siniestro animal que nada en el negro río del hogar de los muertos.
El héroe sin miedo llega al río mismo de los infiernos, pero allí le acechaba el pastor rencoroso del que se había burlado, que hace salir una serpiente del fondo de las aguas. La sierpe le atraviesa las entrañas, y Lemminkäinen, acordándose de las palabras de su madre, muere. El pastor arroja al río el cadáver, y el hijo de Tuoni, dios de los infiernos, lo descuartiza en ocho trozos, arrojando los pedazos a las aguas del Manala.
En su casa Kyllikki ve el cepillo sangrar, y las lágrimas invaden a la madre, que buscará desesperadamente el cuerpo de su hijo. Interroga a la Bruja de Pohjola, que tras varias mentiras desvela a la afligida la última misión de su hijo. La madre de Lemminkäinen recorre cada recoveco de la naturaleza, y pregunta a cada ser vivo o inerte, pero no lo encuentra. Finalmente el Sol se compadece del amor materno y le dice que su hijo murió en Tuonela.
Con un rastrillo que pide forjar a Ilmarinen busca la madre cada pedazo del cuerpo de su hijo, que une para volver a insuflarle la vida. Pide ayuda a Suonetar, la diosa de las venas, a la Virgen del cielo y a Dios para reconstruir a su vástago, que con todos sus hechizos logra resucitar. Una abeja le trae del cielo la miel que le da voz al renacido Lemminkäinen, que narra a su madre cómo murió.
La madre pide al héroe que olvide la última prueba para conquistar a la Hija de Pohjola, y juntos vuelven al hogar, donde vuelve a su vida diaria lejos de aventuras. En su aldea Lemminkäinen oye el eco de la gran fiesta de boda de Ilmarinen y la Hija del Norte, de la que el herrero consiguió gallardamente la mano. Ofendido por no haber sido invitado, Kaukoniemi decide viajar de nuevo al norte, previniéndole de nuevo su madre contra las magias laponas. Pero el apuesto joven se ciñe sus vestimentas y armas de guerrero y acude otra vez a la aventura. Cada uno de los peligros profetizados se los encuentra efectivamente en el camino: un águila en un río de fuego, al que engaña mediante una estratagema; una zanja también de fuego, a la que hiela con la ayuda de Ukko; y a la infranqueable empalizada de acero de Pohjola, guardada por una serpiente gigante, a la que hechiza y amedrenta revelándola su infernal, horrible origen.
Con gran arrogancia, Lemminkäinen exige en Pohjola ser convidado, pero no obtiene más que el desprecio de los amos. El Señor del Norte desafía al héroe, pero no puede nada contra sus cantos mágicos. Entonces propone al joven un duelo con espada. A pesar de la habilidad del amo de Pohjola, el arrogante héroe le corta la cabeza. Ebria de venganza, la Bruja del Norte reúne un enorme ejército para vengarse, y Lemminkäinen huye sin perder un momento.
En su casa la madre aconseja a su temerario hijo que se esconda durante unos años en una isla recóndita, donde ya su padre se había refugiado del furor de la guerra. Embarcado con provisiones y con su osadía, Lemminkäinen alcanza la isla, donde las doncellas que la habitan le invitan a vivir. El héroe inunda con sus cantos mágicos aquellas tierras, que se llenan de belleza. Las doncellas se sienten embriagadas por aquellos sonidos y hechizos, y le colman de todos los placeres. Recorre durante un largo tiempo cada lecho de la isla, excepto el de una solterona que le desagrada y rechaza. Desairada, la doncella decide avisar a los hombres de lo que el seductor estaba haciendo, y Lemminkäinen se ve obligado a huir del filo de sus espadas, construyendo una nueva barca.
Tras un largo viaje por el mar Ahti ha vuelto a la costa donde nació, pero las casas están destruidas y reducidas a cenizas. El héroe llora la suerte de su madre y de su hogar, pero tras una nueva búsqueda la encuentra viva, en otro lugar del bosque donde se había escondido de la venganza de Louhi. El apuesto joven promete reconstruir las casas y enfrentarse a su destino con las crueles gentes del norte.
Advertido de nuevo por su madre, Lemminkäinen decide esta vez no acudir solo a la guerra, y pide ayuda a su viejo compañero de batallas, Tiera. Junto con él atraviesa en barca el camino del Norte. La Bruja hiela el mar, y el bravucón mozo debe recurrir a sus hechizos para sortear el mal.
Arrepentido por su atrevimiento, derrotado por la desgracia y añorante de su pasado feliz, Lemminkäinen decide volver a su hogar, con su amigo Tiera. Montado en su caballo recorre a galope la costa hasta llegar junto a su bondadosa madre.
Quejándose de su mala suerte como pescador y mientras preparaba una nueva balsa, Lemminkäinen contempla el barco que lleva a Väinämöinen y a Ilmarinen en busca del mágico Sampo. Al ver a los legendarios hombres solicita divertido formar parte de la más arriesgada aventura. Lemminkäinen llena con su bravuconadas y bromas el viaje hacia Pohjola.
El cantor Väino duerme con su música a las gentes del norte, y gracias a la diligencia de Kaukoniemi logran apoderarse del Sampo. Pero mientras se alejan, el presumido Lemminkäinen canta lleno de orgullo y alegría, y su desagradable canto despierta a los durmientes habitantes de Pohjola. La Bruja se da cuenta del robo y enloquecida de ira persigue a los tres héroes.
Pero esa ya es otra historia…”. El Kalevala es una epopeya finlandesa, escrita en 1849 después de Jesucristo, por el escritor finlandés Elías Lönnrot, compuesta por cantos y poemas populares recopilados por éste autor de los bardos populares. Elías Lönnrot había nacido en Samatti, en el año 1802 después de Jesucristo y murió en el mismo lugar en el año 1884 después de Jesucristo. Los cantos del Kalevala los recogió en Carelia, región del Norte de Europa, entre el mar Blanco y el golfo de Finlandia, reartida hoy entre Rusia y Finlandia.
El Kalevala es un poema épico compilado por Elias Lönnrot en el siglo XIX a partir de fuentes folclóricas finlandesas, traspasadas desde las progenies más antiguas a las generaciones posteriores, o a través de las recopilaciones de las narraciones populares hechas por los rapsodas, como son los casos de Arhippa Perttunen y Ontrei Malinen, fundamentalmente en la región de Carelia. El Kalevala, como reminiscencia y conceptualización metafísica de la generación mítica del pueblo finlandés, a la manera de los cantares de gesta medievales, como el Cantar de Hildebrando, Beowulf, las Eddas islandesas, el Cantar de los Nibelungos, el Cantar de Roldán, el Cantar de las huestes de Igor o el Cantar de mío Cid, es una de las epopeyas más sugestivas y notables de Europa.
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